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Lanbide gestionará 750 millones para fomento del empleo y ayudas sociales

El servicio será la principal herramienta del Gobierno contra la crisis y el paro

Pedro Gorospe

Lanbide, el Servicio Vasco de Empleo creado en 2004 por el anterior tripartito, se va a convertir, una vez el Gobierno reciba la transferencia de las políticas activas, en su principal herramienta para intentar salir definitivamente de la crisis. El nuevo ente público de derecho privado en que se va a convertir se pondrá en marcha con un presupuesto cercano a los 750 millones de euros para 2011, con el objetivo de devolver a Euskadi al pleno empleo y reducir los daños sociales que ha generado la convulsión de la economía.

El lehendakari, Patxi López, mantiene su estimación de que la competencia sobre las políticas activas llegará en septiembre. El coordinador de la ejecutiva del PSE, Mikel Torres, ha precisado incluso que los gobiernos central y vasco ultimarán el traspaso en la primera quincena del mes entrante.

El PNV recalca que el traspaso será una "piedra de toque" para los Presupuestos
La entidad se pondrá en marcha con más de 575 empleados

El PNV mantiene sus dudas de que el nuevo Lanbide vaya a ser una realidad el próximo mes. Su portavoz parlamentario, Joseba Egibar, insistía ayer en unas declaraciones a Europa Press que "las políticas activas de empleo [los programas y las medidas de fomento y formación laboral] van a ser una piedra de toque previa" a la negociación de los Presupuestos Generales del Estado. Y mantenía la tesis de que el PNV "no quiere solo el cartel del Inem, sino todo su contenido", es decir, también las políticas pasivas -las prestaciones por desempleo-, que el Gobierno central nunca se ha planteado siquiera ceder. El propio Tribunal Constitucional ha concluido varias veces que ello supondría fracturar la unidad de caja de la Seguridad Social.

El PNV demanda que se sume a la valoración de la transferencia, las bonificaciones a la contratación, que se estima pueden suponer unos 180 millones de euros anuales. Esa es la diferencia entre la actual valoración del traspaso (300 o 315 millones) y los 480 en que la cifra el PNV, cantidad en la que Egibar insisitía ayer. Esa es también la razón por la que los peneuvistas vetaron el año pasado la transferencia en su negociación para apoyar las cuentas del Estado.

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Lanbide gestionará así los 315 millones de euros en que se valora a fecha de hoy la transferencia, además de los fondos que el Gobierno vasco dedica actualmente a las políticas activas (unos 60 millones), y todo el presupuesto destinado a la Renta de Garantía de Ingresos y las ayudas complementarias de vivienda, que en este ejercicio superan los 325 millones.

A estas partidas habrá que incorporar el presupuesto de la Dirección de Empleo y las partidas destinadas a Hobetuz, la fundación para la formación continua. Este último capítulo sumó 30 millones de euros adicionales en 2009. Junto a ello, los empresarios seguirán recibiendo las bonificaciones a la contratación.

Con todo ello, el departamento de Gemma Zabaleta pondrá en marcha el concepto de ventanilla única para buscar empleo o recibir ayudas sociales, siempre en función de que el parado se pueda reincorporar al mercado laboral. El número de parados registrados en julio pasado en las oficinas vascas del Servicio Público de Empleo Estatal (el antiguo Inem) ascendía a 125.832 personas.

El renovado Lanbide contará con una plantilla inicial de unas 575 personas. De ellas, 473 proceden del antiguo Inem (280 funcionarios y el resto, contratados laborales). Otras 30 están actualmente adscritas a la Dirección de Empleo y Formación y las 72 restantes trabajan ahora en Egailan, la sociedad pública de la consejería de Empleo de la que formalmente depende Lanbide en la actualidad. A esa plantilla habrá que sumar los funcionarios que tramitan actualmente la Renta de Garantía y el complemento de vivienda.

A las nueve oficinas que hoy tiene abiertas Lanbide sumará próximamente, las 31 del antiguo Inem, sus tres direcciones provinciales, tres centros de formación y las diez sedes del Instituto Social de la Marina.

Lanbide fue creada en 2004 por el Gobierno de Juan José Ibarretxe para que actuase como un servicio paralelo al Inem. El entonces consejero de Empleo, Joseba Azkarraga, inauguró su primera oficina en Salvatierra, su localidad natal, en mayo de ese año.

Una empleada trabaja en la primera oficina de Lanbide, abierta en Salvatierra en mayo de 2004.
Una empleada trabaja en la primera oficina de Lanbide, abierta en Salvatierra en mayo de 2004.PRADIP J. PHANSE

El primer organismo de diálogo social sin vetos

Con la puesta en marcha del nuevo Lanbide los organismos públicos de diálogo social inician una etapa en la que, por vez primera, las decisiones se adoptarán por mayoría. Será la envidia de sus hermanos mayores como el Consejo Económico y Social (CES) o el Consejo de Relaciones Laborales (CRL), en los que los sindicatos, la patronal o el Gobierno tienen capacidad para vetar cualquier dictamen o resolución, hasta el punto de que los han vaciado de sentido, tal y como se han quejado sus sucesivos presidentes. De hecho, tanto el CES como el CRL analizan ahora una modificación de sus estatutos para variar el modo en que se adoptan las decisiones.

El nuevo máximo órgano de Lanbide tendrá 15 miembros: cinco en representación del Gobierno y otros tantos por la patronal y por los sindicatos. En sus manos estará el destino de un presupuesto multimillonario y las resoluciones se tomarán por mayoría.

Los cinco puestos sindicales deberían repartirse así, en función de su representatividad: dos para ELA y uno para cada una de las otras tres centrales mayoritarias: CC OO, UGT y LAB.

Si ELA se muestra consecuente con su presencia en este tipo de organismos (ya ha abandonado el CES, el CRL, Osalan y no ha llegado a sentarse a la Mesa de Diálogo Social), ni siquiera se presentará. Con todo, el que haya dado luz verde al convenio del sector público, tras un lustro sin hacerlo, podría llevar a la primera central vasca a decidir lo contrario. Si ELA no se presenta y LAB le secunda, sus huecos los cubrirán CC OO y UGT, como ya se ha hecho en las otras entidades cuando ha habido que renovar sus órganos de decisión.

El apartado más indefinido de los estatutos de Lanbide es el dedicado a Hobetuz, ya que los agentes sociales no han definido aún en las mesas de diálogo la forma jurídica que ha de tener la Fundación Vasca para la Formación Profesional Continua. Esa parte de la promoción laboral tiene un papel básico también en el nuevo Lanbide.

Superado ya el debate sobre la forma jurídica de Lanbide, no parece que los agentes sociales vayan a tener muchos problemas en torno al de Hobetuz. Lanbide es un ente público de derecho privado, pese a que la Comisión Jurídica Asesora del Gobierno recomendó crear un organismo autónomo para que el Ejecutivo pudiese controlar mejor sus gastos.

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Sobre la firma

Pedro Gorospe
Corresponsal en el País Vasco cubre la actualidad política, social y económica. Licenciado en Ciencias de la Información por la UPV-EHU, perteneció a las redacciones de la nueva Gaceta del Norte, Deia, Gaur Express y como productor la televisión pública vasca EITB antes de llegar a EL PAÍS. Es autor del libro El inconformismo de Koldo Saratxaga.

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