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Análisis:EL ACENTO
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

¿Cuánto dura la eternidad?

El penalti más largo del mundo duró una semana: la que transcurre entre la suspensión del partido cuando los espectadores invaden el campo y su reanudación el siguiente domingo para lanzar la pena máxima señalada por el árbitro en el último minuto. Pero eso ocurría en la ficción, un cuento del argentino Osvaldo Soriano llevado aquí al cine por Roberto Santiago. Mientras que lo de estos días en Wimbledon es real, aunque increíble.

Ayer a las 17.45 horas, John Isner, un tenista de Carolina del Norte, conseguía el tanto definitivo de la victoria contra el francés Nicolas Mahut. Pero la historia olvidará quién de los dos fue el ganador y retendrá los nombres de ambos, Isner-Mahut, que se enunciarán unidos, como si se tratase de los apellidos de Ortega y Gasset o de Menéndez y Pelayo. Pues ambos han sido protagonistas conjuntos de una gesta en la que lo de menos era de qué lado se decantase el triunfo y lo de más la insólita duración de un partido que se inició el martes, se reanudó el miércoles y finalizó ayer. Las dos suspensiones fueron motivadas por la falta de luz, pese a que estamos en los días más largos del año.

Lo más extraordinario fue lo ocurrido el miércoles: cuando se interrumpió el juego, por falta de visibilidad, a las 21.10, hora de Londres, Isner y Mahut, Mahut e Isner, llevaban más de siete horas jugadas ese día (10 en total) y el marcador registraba un insólito empate a 59 juegos, cuando el récord anterior era de 17-15. Testigos del encuentro han descrito lo vivido en esas horas del atardecer como un espectáculo a la vez heroico y surrealista: que había algo de misterioso en la repetición de lo mismo, como en ciertos cuentos de Allan Poe o en aquella película, Atrapado en el tiempo, en la que el protagonista despertaba cada mañana oyendo las mismas noticias de la víspera. Pero a la vez heroico, por la resistencia de ambos a perder, pese al cansancio infinito.

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Todavía ayer se sucedieron las igualadas durante más de una hora antes de llegar al definitivo e inapelable 70-68.

Es una pena que en tenis no exista la posibilidad del empate, pues ninguno merecía la derrota. Al menos les quedará la satisfacción de haber desvelado el enigma de la duración exacta de lo infinito: dura 11 horas y 5 minutos, es decir, 39.900 segundos.

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