_
_
_
_
_
Reportaje:Dos 'joyas' recuperadas

El cristal del palacio vuelve a lucir

El edificio de Velázquez en El Retiro abre sus puertas después de cinco años

Después de cinco años cerrado, el Palacio de Velázquez (1883), una obra de hierro y cristal tan de moda en Europa en esos momentos a raíz de la exposición Universal de Londres de 1851, volvió ayer a abrir sus puertas con la inauguración de la exposición dedicada a Antoni Miralda. El estado del edificio situado en el parque de El Retiro estaba desde hace tiempo bastante deteriorado por lo que antes de acometer las obras fue necesario realizar un proyecto de conservación y restauración que se ha llevado a cabo a lo largo del último año y medio.

Además, ha habido otra intervención de calado desde el punto de vista arquitectónico en este lugar propiedad del Ministerio de Cultura destinado a exposiciones temporales del Museo Reina Sofía: las oficinas que se añadieron en la década de los años ochenta se han eliminado de manera que en el interior ha recuperado su diseño original. "Ese espacio se había desvirtuado", explica la arquitecta del Reina Sofía, Pilar Moya; "y ahora al limpiarlo se ha logrado una sala diáfana que permite utilizar mejor el espacio expositivo". La planta rectangular del palacio, con cuatro torreones en las esquinas y una nave central transversal terminada en una amplia bóveda de medio cañón de mucha altura, es de gran amplitud y luminosidad y cuenta con claraboyas y ventanales en las bóvedas. Las obras de rehabilitación han consistido en sustituir la cubierta y las bóvedas donde se han utilizado unas juntas de zinc iguales a las originales para no romper la estética; se ha ampliado el sótano para disponer de nuevos cuartos de instalaciones y se han renovado las instalaciones de climatización, iluminación, fontanería, saneamiento y los sistemas contra incendios y de seguridad.

Se han eliminado unas oficinas que desvirtuaban su diseño original
Más información
El gótico madrileño pervive
El Miralda más íntimo y monumental

Este edificio que toma el nombre del arquitecto que lo diseñó, Ricardo Velázquez Bosco, fue un encargo para ubicar el pabellón principal de la Exposición Internacional de la Minería, Artes Metalúrgicas, Cerámica, Cristalería y Aguas Minerales. Nacía así una nueva arquitectura de carácter en principio efímero. El palacio, inspirado en el Crystal Palace de Londres, está realizado en ladrillo de dos colores y en él destacan los elementos decorativos en relieve. Sobre todo, los valiosos azulejos de cerámica realizados en la Real Fábrica de La Moncloa con el diseño del gran ceramista Daniel Zuloaga, y que ahora se han sometido también a tratamiento para protegerlos del inevitable paso del tiempo.

Fachada del Palacio de Velázquez, cerrado desde 2005.
Fachada del Palacio de Velázquez, cerrado desde 2005.CLAUDIO ÁLVAREZ
Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_