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Crónica:Gran Premio de Francia
Crónica
Texto informativo con interpretación

Lorenzo juega solo

El español refuerza su liderato en el Mundial tras dejar tirado a Rossi en Le Mans

Nadia Tronchoni

Acaba de terminar la carrera de MotoGP en el histórico circuito de Las 24 horas de Le Mans y la realización de la carrera se debate entre dos imágenes: Valentino Rossi, nueve veces campeón del mundo y uno de los mejores pilotos de la historia, hace un caballito y saluda a la grada. Ha terminado segundo, por detrás de su compañero de equipo, el único dispuesto a darle guerra al menos en los primeros compases del campeonato. Jorge Lorenzo, mientras tanto, se come unas palomitas sentado en una silla plegable frente a una pantalla gigante desde la que se ve a sí mismo celebrando de esta forma tan original su segunda victoria del año, con la que además se confirma como líder del Mundial. El 2010 le va "de cine", como él mismo advierte tras el numerito, similar a los que practicaba habitualmente Rossi.

El piloto mallorquín ni se inmuta. Cuando toca es más chulo que nadie
Ayer ni siquiera sufrió una mala salida. Ya ni eso le da dolores de cabeza
"Adelantar a Rossi ha sido más fácil de lo que esperaba", comentó Lorenzo
Pedrosa se quedó sin frenos y fue quinto tras dos errores en la última vuelta
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"Ha sido difícil tener paciencia"

Mientras, su colega italiano se convence, otra vez, de que la batalla psicológica contra Lorenzo la tiene perdida desde hace ya mucho tiempo. ¡Si hasta celebra los triunfos como él! "Este chico es una roca", confesaba el año pasado por estas fechas a sus colaboradores más íntimos. Rossi siempre supo cómo atacar fuera de la pista. Lo hizo cuando sólo era un crío con Max Biaggi, luego con Sete Gibernau, y finalmente, con Dani Pedrosa. Todos los compañeros de equipo que han tratado de hacerle sombra han terminado perdiendo. El único con el que tenía un trato amable, incluso de amistad, fue Colin Edwards, pero el tejano no era rival: "Él era como mi escudero. Con Lorenzo es diferente: él quiere ser el líder de la marca", admitía en Jerez.

Pero el mallorquín ni se inmuta. Cuando toca, él es más chulo que nadie. Más, incluso, que Valentino Rossi, cuyo entorno teme que este chaval irreverente de 22 años le gane la guerra, además de algunas batallas, como ayer. Nunca antes el actual campeón del mundo había exigido levantar un muro para separar el taller de Yamaha; ni había renunciado a compartir la telemetría con su compañero de equipo. Sí lo hizo con Lorenzo, que lejos de amilanarse, se creció ante semejante artimaña. ¿Y si Rossi decide ahora que quiere que volváis a compartir datos? "No creo que se deje tan en evidencia. A mí, me da igual. Compartiendo datos también podemos ganar carreras", respondió Lorenzo tras su triunfo ayer.

Dice que ya no sabe qué es la presión. Y quizá haya que empezar a creerle. Ayer terminó a más de 5,6 segundos del italiano. Ayer ya ni siquiera tuvo que enderezar el rumbo tras una mala salida, como en Qatar y Jerez, porque ya ni eso, su punto más débil, le da dolores de cabeza. Ayer, se desembarazó de Pedrosa, que le había ganado una posición en la salida, en la primera vuelta, al final de la recta y antes de entrar en curva, apurando en la frenada -"Dani tiene muchas virtudes, pero entre éstas no está la frenada. A mí me resulta muy fácil adelantarle", dijo-. Ayer rebasó también a Rossi casi sin inmutarse en la chicane de Bugatti -"ha sido más fácil de lo que esperaba", declaró después-. Ayer Lorenzo jugaba solo. Lo demostró al superar a la otra Yamaha en la décima vuelta -en el segundo intento, el primero, en la misma chicane, le salió rana- y despedirse del resto de pilotos, a quienes ya no volvió a ver hasta que se bajó de la moto.

Marcó un ritmo infernal. Imposible para Rossi, que ya sólo tuvo que concentrarse en mantener su segunda plaza, una bendición, al menos para guardar las distancias. Y un trabajo bastante fácil tras la dimisión de Pedrosa, finalmente quinto, que se había quedado sin pastillas de freno, motivo por el cual cometió dos errores garrafales en la última vuelta: después de haber estado aguantando a su compañero Dovizioso durante casi toda la prueba pegado a su colín, se abrió demasiado, ofreciéndole el interior de la trazada y cediéndole su tercer puesto. Pero aún cometería otro error fatal, muy parecido, que le costaría la cuarta plaza en favor de Hayden. Stoner, por cierto, andaba desaparecido desde la tercera vuelta. Se fue al suelo, como en Qatar. Y ya está a 59 puntos de Lorenzo, una roca.

Jorge Lorenzo celebra su victoria en Le Mans.
Jorge Lorenzo celebra su victoria en Le Mans.AP

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Sobre la firma

Nadia Tronchoni
Redactora jefa de la sección de Deportes y experta en motociclismo. Ha estado en cinco Rally Dakar y le apasionan el fútbol y la política. Se inició en la radio y empezó a escribir en el diario La Razón. Es Licenciada en Periodismo por la Universidad de Valencia, Máster en Fútbol en la UV y Executive Master en Marketing Digital por el IEBS.

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