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Reportaje:

Un puerto que cuesta dos Gaiás

El presupuesto de la dársena exterior de A Coruña se dispara hasta 1.000 millones de euros por las exigencias de Repsol, que pide 200 por el traslado

Repsol ha puesto sobre la mesa sus números para abordar el traslado de las instalaciones petroleras de los céntricos muelles de A Coruña al nuevo puerto exterior de Punta Langosteira, en Arteixo. La compañía mantiene abiertas desde hace meses negociaciones con la Autoridad Portuaria coruñesa para firmar un acuerdo que permita llevar a cabo la mudanza y evitar para siempre en la entrada de la ría el tráfico de petroleros que surten a la refinería de Repsol, uno de los fines planteados cuando se diseñó el puerto exterior.

Las conversaciones, que hasta este año no habían pasado de cuestiones técnicas, tienen una exigencia inicial de 200 millones de euros para que la compañía asuma su traslado, según fuentes cercanas a la negociación. Repsol incluye en esa cifra las indemnizaciones por tener que abandonar los actuales pantalanes antes de que caduque la concesión, en 2027, y el coste de parte de las obras. La compañía entiende además que la fecha de referencia planteada por el presidente de la Autoridad Portuaria de A Coruña, Enrique Losada, que aludió la pasada semana a que "el traslado sería efectivo en 2015", es "sólo una hipótesis de trabajo" y una "fecha de referencia", según sus portavoces.

Fuentes de la negociación dan por hecho que la exigencia de una indemnización tan alta por parte de Repsol es un planteamiento de máximos, que podrían rebajarse por dos vías: o bien ampliando de 20 a 30 años las prórrogas de las nuevas concesiones o rebajando las tasas anuales que, como primer cliente que es, la compañía abona a la Autoridad Portuaria.

Esa reclamación de Repsol, que suma 200 millones de euros entre la indemnización y el coste de las obras, supondría en la práctica disparar hasta los 1.000 millones la inversión a acometer en el proyecto, y duplicar el presupuesto de 476 que suma la polémica Cidade da Cultura en Santiago. El Ministerio de Fomento, a través de Puertos del Estado, no quiere saber nada del dinero que pide la petrolera. Le basta con asumir el aval del crédito para financiar una desviación de otros 200 millones en las obras planificadas y todavía no contratadas por la Autoridad Portuaria.

Esas necesidades de financiación adicional de 283 millones ya han elevado hasta los 789 millones de euros el coste de Punta Langosteira, uno de los más ambiciosos proyectos de infraestructura en Galicia para los próximos años.

Sobre la mesa de la negociación no sólo está el traslado. El Puerto da por seguro que el nuevo oleoducto lo tendrá que asumir la compañía, al igual que Fomento construirá la autovía de acceso y la Dirección General de Ferrocarriles desarrolla el enlace de tren. También sostiene la Autoridad Portuaria que los nuevos tanques de almacenamiento correrán a cargo de Repsol, al ser una concesión privada, igual que la demolición de las instalaciones actuales.

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La empresa petrolera sigue siendo clave para el futuro del puerto coruñés. Los graneles líquidos dejan unos ingresos cercanos a ocho millones de euros, y representan el 36% del total de la cifra de negocio de la Autoridad Portuaria. Aunque hay aceite (hasta ahora la multinacional Bunge) y bioetanol (Abengoa), prácticamente todo el negocio de graneles líquidos corresponde a Repsol.

El movimiento de mercancías de la multinacional energética representa más del 50% del total del puerto, pero su influencia en las tasas es menor, al aplicarse diferentes baremos para los distintos tipos de mercancía y las diferentes concesiones. Por el parque de almacenamiento enterrado en la dársena de Oza, el grupo abona en concepto de tasas unos 86.000 euros al año, y hasta otros 962.400 euros por la terminal petrolífera, cuya construcción data de 1966.

Desaparecida del plan estratégico

Estrategia calculada mientras se encarrilan las negociaciones para el traslado a Punta Langosteira o una cuestión de apuesta inversora a medio plazo, lo cierto es que la refinería de A Coruña vuelve a estar fuera de los planes estratégicos del Grupo Repsol. La compañía remitió la pasada semana a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) su nuevo plan estratégico hasta 2014, que detalla pormenorizadamente las inversiones a realizar por países y también por plantas productivas. La refinería de A Coruña no figura entre sus prioridades, a decir del plan, en el que sí figuran diferentes proyectos para las plantas de Bilbao y Cartagena.

Desde la multinacional energética aclaran que "no es excluyente el hecho de que en ese plan estratégico se reflejen inversiones en grandes proyectos en otras plantas" españolas con las que está previsto realizar en la dársena coruñesa. En este sentido, fuentes de la compañía recuerdan que la de la planta de Cartagena, con 3.200 millones de euros, es la mayor inversión fabril que se realiza en España. Dicha refinería servirá, cuando terminen los trabajos, para duplicar su capacidad. Los proyectos en marcha en Bilbao suman 700 millones.

La última gran inversión acometida por Repsol en A Coruña concluyó en 2005 y sirvió para poner en marcha un nuevo sistema que reduce las emisiones de azufre y logra producir carburantes ecológicos. Al proyecto se habían destinado en un primer momento 130 millones de euros, pero cuando finalizó la operación el coste total alcanzó 210 millones de euros.

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