El juzgado de los 1.050 años
¿Cuántos años tiene el Tribunal de las Aguas? Una nueva exposición no resuelve la duda pero da claves sobre otros de sus secretos
Junto a la plaza de Décimo Junio Bruto, en una galería que comunica con L'Almoina, donde se encuentran los restos subterráneos de la ciudad romana, se inauguró ayer El Tribunal de las Aguas, 1.050 años de justicia en la huerta de Valencia. Las fechas, como uno va descubriendo mientras observa los paneles de la exposición, son aproximadas.
Está bastante acreditado que la red de acequias fue obra de los romanos, que los árabes la perfeccionaron y probablemente instauraron el tribunal. En 1223, 15 años antes de que Jaume I conquistara la ciudad, se escribió un documento (el más antiguo del Archivo del Reino de Valencia) que recogía el pleito entre dos regantes. Los métodos para calcular el agua, utilizando la fila, una unidad de medida para el reparto de agua, eran idénticos a los de hoy, se asegura en un panel. Y esa palabra valenciana quizá provenga de fila-lah, término árabe que significa "una parte sacada del todo".
El documento más antiguo que se conserva es de 1223
Se afirma que el nombre de Turia viene del íbero y significaba blanco
La exposición contiene otro (supuesto) hallazgo etimológico: afirma que el nombre del río proviene de Txuria, que en íbero (y de forma casi idéntica en euskera) significa blanco, debido probablemente al agua cargada de arcilla pálida que recogía cerca de Chelva. Los musulmanes habrían hecho el mismo razonamiento al llamarlo Río Blanco, que ha llegado al castellano como Guadalaviar.
Y recuerda que los sistemas organizados de regadío de carácter municipal o gremial se dieron en otros lugares del territorio, como Castellón, Alzira, Elche u Orihuela. El gran valor del de Valencia consiste en haber resistido contra viento y marea, digamos, mil y pico años.
Resistió la conquista cristiana (su continuidad quedó establecida en el fuero número 35). A la llegada de los Borbones (que eliminaron, en cambio, el autogobierno). A la Constitución de 1812 (que inspirada en el liberalismo intentó acabar con las prácticas jurídicas medievales). Y a la Constitución de 1978 (que refundó el sistema legal tras la Dictadura), por citar cuatro momentos críticos para el tribunal.
¿Cuál es su secreto? La exposición, que puede calificarse de austera, ofrece algunas respuestas: "No hay abogados, ni trámites burocráticos, ni documentos". Y su funcionamiento se define por la concentración (en un acto), la oralidad, la rapidez, y la economía: los síndicos no cobran sueldos ni dietas.
El Tribunal, declarado Patrimonio de la Humanidad, en 2009, ha perdido actividad. La idea general es que apenas ve casos porque la huerta prácticamente ha desaparecido. Pero Javier Boronat, comisario de la exposición, lo ve de otra manera: "Se debe a los pantanos que se construyeron en el río. Al no haber problemas de agua en verano, hay menos conflictos".
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