El espejo de Pau Gasol

La voz se impone al estruendo de los balones rebotando contra la madera. "El chico tiene personalidad", dice. Luego, se calla. El chico, que mide 2,17 metros, no escucha la frase. Pero mes y medio después la hace buena: son sus pies, endemoniado baile, los que llevan al Madrid a la victoria sobre el Barcelona en el Palau (63-70: 1-1 en los cuartos de final de la Euroliga, que proseguirán el martes en Vistalegre con el tercero de los cinco partidos posibles).

Ante Tomic es el chico. Ettore Messina, su técnico, el que le describe: "Es joven [23 años], pero tiene personalidad por cómo habla con los compañeros y se comporta en la cancha. Me ha sorprendido. Me recuerda a Nesterovic, al que tuve en el Bolonia. Llegó como quinto hombre alto y en tres meses estaba en los cincos iniciales y jugando bien. Esperemos que pueda seguir la misma marcha". Nesterovic está en la NBA. Tomic, bajo los focos: hoy (18.00, La 2 ) juega contra el Joventut, en la ACB, precedido por sus 22 puntos, cinco rebotes y cuatro tapones frente al Barça. Por algo le llaman El Gasol del Este.

"Tiene un buen medio gancho y maneja muy bien las dos manos", destaca De Miguel

"Le faltan muchos fallos: sin fallar no se aprende", matiza Tabak

"Pau y él son jugadores de un prototipo parecido", cuenta el croata Zan Tabak, tres veces campeón de la Copa de Europa, una de la NBA, plata olímpica, ex jugador del Madrid y hoy segundo de Joan Plaza en el Cajasol. "No vi al primer Gasol, pero los dos son cincos de mucha movilidad, con sentido del juego y talento", añade quien sigue a Tomic desde hace un lustro. "Es uno de los mejores jóvenes del mundo en su posición porque tiene facilidad para interpretar el juego. En el futuro, el Madrid podrá construirlo a su alrededor... Pero le falta experiencia, algo que no se adquiere sólo en una buena noche, y tiene las mismas debilidades que todos los jóvenes en su posición: físicamente, no está en su mejor punto, no está maduro. En algunos años estará más fuerte y se peleará más fácilmente con la gente porque su posición exige mucho contacto. No se puede dudar de su talento, pero le faltan muchos fallos: sin fallar no se aprende".

Arrancaron los cuartos y Messina supo a quién encomendarse. El Madrid había configurado una plantilla de veteranos contrastados que había naufragado en tres partidos contra el Barça. Sólo un hombre con peso en su rotación (9,4 puntos y 3,9 rebotes en Europa) se había quedado sin jugarlos porque aún no había sido fichado o por decisión técnica: Tomic. Era el único argumento nuevo ante un equipo con la baja por lesión de su marcador natural, Morris.

"Tomic tiene buena mano a media distancia. Lo más destacable, sin embargo, es su juego de pies y en el poste bajo. Tiene un buen medio gancho y maneja muy bien las dos manos: no puedes decir si va mejor por la izquierda o por la derecha". Quien habla ha ganado una plata europea. Iñaki de Miguel no es sólo eso. Es quien día a día se bate el cobre y se trabaja el cuerpo a cuerpo con el croata durante los entrenamientos. "Y ahí veo", cuenta, "que tiene un físico tremendo y mucha calidad de movimientos, además de margen de mejora. Al Barça le hizo muchísimo daño, polvo".

Con sus 2,17 metros y su liviana armadura (110 kilos), lejos aún de su potencial en el rebote, Tomic salió del pabellón del KK Zagreb a hombros, comparado con Gasol y a cambio de un millón de euros. "No creo que esté cerca de alguien tan grande como Pau", dijo en su presentación; "tal vez algún día..." ¿El futuro ya es hoy? "Nadie me conoce a este nivel y quizá por eso he hecho un partido tan bueno", razonó tras la victoria sobre el Barça. Fue su presentación en los grandes escenarios. No sería el primero que se quedara sólo en eso: Sinanovic, bosnio de 2,22 metros, llegó en 2006 al Palau, sumó 11 puntos y ocho rebotes en 24 minutos, acaparó los titulares y hoy gravita lejos de la ACB. No ocurrirá eso con Tomic, según Messina. Por algo le llaman El Gasol del Este.