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Absuelto el hombre acusado de pinchar los condones de su ex pareja

Marc Rovira

No culpable por unanimidad es el veredicto que emitió ayer el jurado popular que tenía que dilucidar si un hombre despechado había allanado la morada de su ex pareja y aprovechado las incursiones para pinchar con una aguja los preservativos que la mujer guardaba en un cajón. El hombre también estaba acusado tocar las fotos de la vivienda y llevarse ropa interior de la chica. Según la víctima, los celos cegaron al hombre, que luego, arrepentido, se lo confesó todo por teléfono.

Al tratarse de un allanamiento de morada ha sido necesario un tribunal popular para juzgar el caso, ya que la ley exige esta forma procesal para este delito. El nudo de la historia se escribe en un piso de Vidreres (Selva) en el que vivía la denunciante, una chica que, pese a estar protegida con dos órdenes de alejamiento contra su ex pareja, ha buscado un lugar secreto en el que vivir sin el asedio que dice estar sufriendo.

La relación que ha acabado en los tribunales se prolongó durante un año y medio, hasta que en otoño de 2005 las diferencias precipitaron la ruptura. El chico asegura que fue él quien cortó tras 18 meses acostándose con la chica "y poco más". Añade que jamás ha querido recomponer la relación.

La chica, por su parte, afirma que fue ella quien lo abandonó y que él nunca lo ha superado. La joven acudió a la policía denunciando estar harta de sentirse perseguida y fue, precisamente, en la comisaría de los Mossos d'Esquadra donde atendió una llamada del móvil de su ex pareja. Una agente le aconsejó que contestara y le informó de que grabarían la comunicación. La cinta fue reproducida durante el juicio y, aunque la calidad del sonido era pésima, el fiscal insistió en que en ella se oye cómo el acusado admite haber entrado "muchas veces" en el piso de ella sin consentimiento.

Durante el juicio, la mujer explicó que en varias ocasiones había echado de menos ropa interior y que detectó que algo no cuadraba con sus anticonceptivos; "Es muy apreciable cuando tocas un preservativo y tiene un agujerito. No hace falta ser un experto. Yo creo que los pinchaba con un alfiler".

El acusado, para quien el fiscal pedía una condena de dos años de cárcel, negó todos de lo hechos y acusó a su antigua pareja de tener problemas psicológicos. El jurado dice no haber encontrado pruebas suficientemente sólidas para dar un veredicto condenatorio y manifestó que la credibilidad de la denunciante fue puesta en duda al entrar ésta en contradicciones.

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