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Defensa suspende a dos mandos por malversación de fondos en Sevilla

El ministerio investiga irregularidades en una residencia universitaria

Javier Martín-Arroyo

El Ministerio de Defensa investiga la gestión del coronel Francisco Muñoz por una supuesta malversación de fondos durante su etapa como director de la residencia universitaria San Hermenegildo de Sevilla, iniciada en 2006 y que culminó el pasado enero con su paso a la reserva. El Ejército de Tierra ha detectado presuntas irregularidades administrativas y la consecuencia inmediata ha sido el cese de dos implicados en la administración del centro: el comandante Antonio Enrique Palmero y el subteniente Francisco Carlos Moya.

Las múltiples quejas de los trabajadores y los 180 estudiantes ante Defensa tildaron la gestión de "nefasta" por el ostensible empeoramiento de los servicios. La cafetería se había suprimido, los ascensores se estropearon y la limpieza era cada vez más deficiente. "Las habitaciones se limpiaban una vez al día y pasaron a una vez a la semana. Antes, había una limpiadora por pasillo y se empezaron a dar de baja hasta que tuvimos una por planta. Además, había alimentos incomibles y carne que no se podía masticar", relata un estudiante. Los viajes organizados se suprimieron y el presupuesto para fiestas se redujo de 1.500 a 500 euros al año. "El coronel lo achacaba al mal comportamiento y decía que éramos unos gamberros", añade el residente. Sin embargo, mientras los gastos oficiales disminuían, los ingresos aumentaban y el precio mensual de la residencia se incrementó 100 euros hace un año. Algunos alumnos pasaron a abonar de 375 a 475 euros.

Después de que una trabajadora denunciara al coronel Muñoz por acoso laboral ante el Instituto de la Mujer, el enfrentamiento pasó a mayores el pasado julio, cuando tras la expulsión de cinco residentes, el resto de estudiantes comenzó un furioso motín: empezaron a llover platos desde las ventanas y el patio se llenó de bolsas de basura e incluso muebles. "Era como un pueblo saqueado", describe una trabajadora. Al día siguiente, el coronel expulsó al resto de estudiantes que permanecía en la residencia en periodo de exámenes y la clausuró hasta septiembre.

La relación con los sindicatos también era espinosa. Durante los últimos años, las centrales no firmaron el calendario laboral porque perjudicaba a limpiadoras y cocineros. Sólo alcanzaron un acuerdo el 10 de febrero, tras el relevo en la dirección. "Su gestión fue nefasta y le ha creado la mala fama a San Hermenegildo", relatan fuentes de CC OO. Desde el pasado verano, cinco trabajadores se han trasladado a otros centros del ministerio.

"Tuvimos quejas"

La residencia se fundó en 1958 para hijos y nietos de los tres ejércitos y de la Guardia Civil, y es el único centro universitario de Defensa en Andalucía. Ante las acusaciones que afectan al ex administrador Palmero y al ex jefe de cocina Moya, el coronel Muñoz rechazó ayer la presunta malversación de fondos públicos: "Hacíamos una liquidación de forma oficial y tuvimos quejas, pero ninguna por pérdida de calidad de los servicios".

Desde principios de año, el nuevo coronel, Andrés Serrano, pone orden al aluvión de anomalías. "De la noche y no haber dinero para nada hemos pasado al día. Estamos mucho más a gusto", confirma otro estudiante. Defensa ya ha pedido la ampliación de puestos como limpiadoras. Mientras, la investigación dilucidará si los responsables rendirán cuentas ante el juez.

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Sobre la firma

Javier Martín-Arroyo
Es redactor especializado en temas sociales (medio ambiente, educación y sanidad). Comenzó en EL PAÍS en 2006 como corresponsal en Marbella y Granada, y más tarde en Sevilla cubrió información de tribunales. Antes trabajó en Cadena Ser y en la promoción cinematográfica. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla y máster de EL PAÍS.

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