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Galán ve "improvisado e inoportuno" eliminar los límites de voto en la junta

El presidente de Iberdrola atribuye a sus accionistas el rechazo a ACS

El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, cargó ayer contra la iniciativa planteada por el PSOE en el Congreso para suprimir la limitación de derechos de voto en las empresas. Es un tema, dijo, "improvisado e inoportuno, porque ni a los millones de accionistas que tenemos las grandes empresas, ni a las empresas familiares que en nuestro país tienen un peso muy importante, les preocupa, como tampoco a los inversores particulares e institucionales". "Les preocupa" explicó "que haya gestores profesionales que defiendan el interés de todos por igual, y no sólo de algunos con algunos intereses adicionales".

El presidente de Iberdrola, que presentó los resultados de la compañía en 2009 (2.824 millones de beneficio, un 1,3% menos) en un viaje a Londres financiado por la eléctrica, eludió relacionar la polémica enmienda del PSOE con la pugna que mantiene con el primer accionista de la compañía, el grupo ACS, a quien ha cerrado la puerta del consejo pese a ser el primer accionista de la compañía. "No es nada personal", dijo Sánchez Galán. "Eso es a lo que la junta de accionistas dijo no el año pasado y no ha cambiado nada", continuó, tras señalar que "la pretensión de ACS de colocar un consejero no es nada nuevo".

La constructora pedirá un puesto en el consejo de la eléctrica

"El consejo y la junta general de Iberdrola ya vivieron en 2009 la misma situación y la junta de accionistas dio un no rotundo", reiteró. En realidad, el año pasado no se sometió expresamente a votación la entrada de ACS en el consejo, pero sí se aprobó cambiar los estatutos de modo que competidores de cualquier sector -y no sólo del energético- no puedan contar con consejeros.

ACS controla un 12% de la eléctrica y ha reclamado un puesto en el consejo en tres ocasiones en los últimos dos años. En el pasado, Galán alegó que no había vacantes, pero ahora que las hay el argumento será que ACS es un competidor. "Un competidor", abundó Sánchez Galán, "no puede estar gestionando activos del resto, y eso no ha cambiado". Para los gestores de Iberdrola, ACS es un competidor directo en ingeniería y proyectos de renovables a través de sociedades como Dragados o Cobra. Frente a esta visión, ACS opone el derecho legal a entrar en el consejo dada su participación del 12% y considera que no es un competidor más que marginalmente, como lo son otros miembros del consejo, y que se abstendría en caso de conflicto de interés. Por ello, ACS solicitará formalmente la designación de un representante en la próxima junta. Lo previsible es que la incompatibilidad sea sometida a votación.

Al margen de la polémica, Iberdrola presentó ante centenares de analistas previsiones de inversión de 18.000 millones para los tres próximos años. La mayor parte del dinero se destinará al área de renovables (9.000 millones, el 50%). Otros 6.300 millones se destinarán a redes y 2.700 millones a generación y comercialización. Por áreas geográficas, la gran apuesta será EE UU, que se llevará el 39% de la inversión seguido de Reino Unido (25%) y España (24%). Con esa inversión, que no requerirá ampliaciones de capital, Iberdrola crecerá, aseguró Galán, una media del 5% al 9% anual, el mismo porcentaje en que lo hará el dividendo. En 2012, la aportación de España al negocio energético habrá bajado del 35% al 33%. Reino Unido supondrá el 21%; Latinoamérica, el 10%, y EE UU, el 8%.

En 2009, con un entorno económico negativo, especialmente en España donde la demanda cayó un 4,6%, Iberdrola ganó 2.824 millones, un 1,3% menos que en 2008. Pero la compañía resaltó que tanto el resultado bruto de explotación (Ebitda), como el beneficio neto sin extraordinarios, crecieron a buen ritmo: un 6,3% y un 7,2% respectivamente. La producción global de energía aumentó un 1,1%, hasta 142.776 millones de kilovatios.

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