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Sueca digitalizará un valioso legado fotográfico y documental

Cedidos al Ayuntamiento los derechos de la colección de López-Egea

Las imágenes y palabras que Miguel Ángel López-Egea Martínez-Carrasco (Caravaca, 1906 -Sueca, 2002) capturó desde 1927 hasta 1980 podrán ser usadas libremente por el Ayuntamiento de Sueca en virtud de un acuerdo de cesión firmado el viernes por el alcalde Joan Baldoví y el hijo del fotógrafo y periodista, Miguel-Ángel López-Egea Vilache. El convenio rubricado establece la cesión de los derechos de explotación de la propiedad intelectual por parte de la corporación para usos propios, así como el compromiso de digitalizar toda la obra.

El legado tan sólo es cuantificable de forma superficial: unos quince metros cuadrados de estanterías repletas de fotografías, recortes de prensa, latas repletas de rollos de negativos y placas de celuloide y vidrio. Será a partir de ahora cuando los responsables del patrimonio local comenzarán la larga tarea de datar y modernizar su formato.

Podría darse el caso de que en esas latas aparecieran documentos gráficos inéditos hasta la fecha. Hay intelectuales que, calladamente, proyectan parte de su trabajo para un largo recorrido histórico.

López-Egea fue hijo de una familia numerosa de Caravaca (Murcia) que en 1914 se vio obligada a emigrar a Valencia. A los 11 años de edad tuvo que abandonar la escuela para incorporarse, como aprendiz, en un estudio fotográfico. Fue el inicio de una dilatada carrera.

Llegó el momento en que pudo compatibilizar el trabajo con los estudios de dibujo artístico. Antes de recalar en Sueca en 1929, escribió sus primeras reseñas, entrevistas y reportajes en publicaciones valencianas.

La capital de la Ribera Baixa fue el lugar escogido para independizarse y montar su propio estudio. De su legado se desprende que le apasionaban la calle, los deportes tradicionales, los personajes populares, ya fueran futbolistas, pintores, escultores, artistas falleros, los diferentes estadios de la vida agrícola y las costumbres.

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Por su objetivo pasaron el rey Juan Carlos I, todavía adolescente en 1953, Antonio Puchades y toda la generación de futbolistas suecanos que desfilaron por las filas del Valencia CF, los escultores Vicent Beltrán y Francisco Gutiérrez Frechina, el pintor Alfredo Claros y, entre otros más, el jugador de pelota valenciana José Sanvenancio Eusebio. Sobre el mundo del deporte autóctono por excelencia publicó en 1976 el libro Pelota Valenciana. Entrevistas y personajes.

Siguió colaborando en la práctica totalidad de medios de comunicación valencianos, locales y las agencias Efe, Cifra y Alfil. Su trabajo le reportó unos veinte galardones y reconocimientos de la más diversa procedencia.

El Ayuntamiento de Sueca le nombró hijo adoptivo en 1994; creó una beca fotográfica que lleva su nombre; y publicó dos libros sobre sus trabajos: Cent fotografies de Miguel Ángel López-Egea (1994) e Imatges i paraules de López-Egea (2001).

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