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Entrevista:DESAYUNO CON... FELIX BAUMGARTNER

"El mundo necesita un mensaje de superación"

Andrea Aguilar

La familia de su padre tenía tradición musical y su hermano pequeño es cocinero. Él se empeñó en que quería volar y desde los 16 años no se ha dado tregua. A los 40, Felix Baumgartner se prepara para dar un salto histórico desde la estratosfera. Este musculoso austriaco de cerca de 1,75 metros de estatura pretende convertirse en el primer hombre supersónico.

Sentado en el comedor del hotel Milenium Hilton de Nueva York, el paracaidista habla con asombrosa calma de su proyecto. "Intentamos pensar en todos los problemas que pueden surgir. Pero es evidente que hay un riesgo. Lo único que puedes hacer es agarrar la bala", dice sosteniendo un capuchino. Frente a un inmenso ventanal que se abre a la Zona Cero, habla con entusiasmo de la hazaña de Philippe Petit, el trapecista que se paseó por un cable entre las Torres Gemelas en 1974. "Ahora como entonces, el mundo necesita un mensaje positivo de superación".

El paracaidista austriaco se prepara para saltar desde la estratosfera

Un globo de helio impulsará la cápsula que le llevará a 36.560 metros de altura después de cerca de dos horas de viaje. Se espera que 35 segundos después de haberse tirado rompa la barrera del sonido en caída libre antes de abrir dos paracaídas que le ayudarán a aterrizar. Un traje espacial y un casco le protegerán de las extremas condiciones térmicas y de presión. Aún quedan algunas pruebas por realizar y habrá al menos tres saltos previos al definitivo. La localización será EE UU, en un lugar por determinar. La fecha, entre primavera y verano de 2010, dependiendo de las condiciones climatológicas.

Detrás del proyecto, en el que lleva siete años trabajando, hay un potente grupo de médicos e ingenieros y un patrocinador comercial, Red Bull. Baumgartner pasó cinco años en el Ejército. "Allí aprendí disciplina", explica. Se licenció como sargento de instrucción, formó parte del equipo especial de paracaidistas y aprendió a conducir tanques. Dice que esto le preparó para llevar una vida llena de contrastes. "Un día estoy en un hotel y al siguiente, en una tienda de campaña. Me gustan los cambios". También los retos. En 2003 cruzó el canal de la Mancha en vuelo sin motor. Y es un especialista en saltos en paracaídas desde edificios o puentes. Se ha tirado desde la torre Taipei (Taiwan) y desde la estatua del Cristo Redentor (Río de Janeiro).

Reparte su tiempo entre Los Ángeles y Salzburgo. A las afueras de esta última ciudad encontró la casa perfecta donde construir un helipuerto. "Voy a la oficina cada día en helicóptero", comenta. Odia madrugar y nunca hace deporte por las mañanas. Su comida favorita es la italiana. En breve deberá someterse a una estricta dieta antes del salto. Asegura que será el último. Después pretende trabajar como bombero. Y formar una familia. "Hasta ahora he necesitado estar enfocado y está claro que cuando tienes hijos ellos son mucho más importantes que cruzar la barrera del sonido", dice.

Por increíble que parezca, le asustan los saltos de esquí. "Esos inmensos esquíes son complicados". Baumgartner es embajador de Wings for Life, una fundación dedicada al estudio de lesiones de columna. "Tengo muchos amigos en silla de ruedas. A veces ellos cometieron un error y otras no fue su culpa, pero hay que seguir adelante".

Hotel Milenium Hilton. Nueva York

- Dos desayunos continentales: zumo de naranja, bollería, café y cereales.

Total: 30,80 euros.

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Sobre la firma

Andrea Aguilar
Es periodista cultural. Licenciada en Historia y Políticas por la Universidad de Kent, fue becada por el Graduate School of Journalism de la Universidad de Columbia en Nueva York. Su trabajo, con un foco especial en el mundo literario, también ha aparecido en revistas como The Paris Review o The Reading Room Journal.

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