_
_
_
_
_
Reportaje:

"Eso no es tarjeta roja"

"Cualquiera que entienda de fútbol se da cuenta de que no debí ser expulsado porque no quería hacer daño", sostiene Cristiano, que pidió disculpas a Mtiliga en el vestuario

Eleonora Giovio

Cristiano Ronaldo dice que no le gusta perder. Ni los partidos de la Play. Que es así de competitivo. Que lo es desde chiquito. Y eso, en su pensamiento, lo justifica todo. O, en el mejor de los casos, le hace ver las cosas de forma muy personal. Quizá distorsionada. Como anoche, por ejemplo. Apareció en la zona mixta del estadio Bernabéu una hora y veinte minutos después de que Pérez Lasa le sacase la tarjeta roja. Corría el minuto 68 y Cristiano soltó el brazo derecho en toda la cara de Mtiliga y le rompió la nariz. Resultado, tres semanas de baja del malaguista, según confirmó en la sala de prensa Juan Ramón Muñiz, el técnico del Málaga.

Para Cristiano, su acción no fue merecedora de la expulsión fulminante. A su entender, fue algo parecido a una conjura contra él. "No puedo hacer ningún movimiento. Toco al adversario y es roja", soltó casi indignado. "Eso no es roja. Podéis [los periodistas] interpretarlo como queráis, pero cualquiera que entienda de fútbol se da cuenta de que eso no era expulsión porque mi intención no es hacer daño al rival", continuó ante la mirada atónita de todos los que le estaban escuchando. Es más, dijo que a él esos gestos le irritan. "A mí me dan vergüenza los jugadores que hacen esos gestos. Cuando llegué a Inglaterra, era un poco así. Tenía esa mentalidad, pero allí aprendí a no engañar. Ni a los adversarios ni a los árbitros", explicó.

"No puedo hacer ningún movimiento. Toco al adversario y...", se indigna el luso
"El chaval me dijo que no hacía falta que me disculpara. Sabía que no hubo mala intención"
Más información
Cristiano es todo pegada
Mtiliga: "Estoy bien, algo dolorido"

Pérez Lasa, precisamente, no se dejó engañar. Tardó un par de segundos en sacarle la tarjeta roja. Eso sí, en el acta no reflejó ninguna agresión. "Vio la roja por golpear con el brazo en la cara a un rival provocándole una hemorragia, por lo que tuvo que ser sustituido", escribió el colegiado, que también adjuntó el parte médico. Si hubiese aparecido la palabra agresión, al portugués habría podido caerle una sanción de entre cuatro y 12 partidos en vez de entre uno y tres. "Ya veremos qué decisión toman los comités que se encarguen de ello", comentó Manuel Pellegrini, el entrenador del Madrid. El club anunció anoche que recurrirá la tarjeta roja. Argumentará que no fue una agresión y que Cristiano no es reincidente (su anterior expulsión fue por dos tarjetas amarillas)

El chileno, igual que la noche en la que el delantero portugués vio la segunda amarilla por patear a un rival en el partido contra el Almería, tampoco apreció nada. Preguntado por ese descontrol que tiene el jugador cuando los adversarios le presionan o le tiran de la camiseta, no quiso echar más leña al fuego. "Antes de nada, quiero decir que Cristiano hizo un muy buen partido. Desgraciadamente, luego se vio mezclado en esa acción que aún no he podido ver [por televisión]... No la vi tampoco desde el banquillo, con lo cual no la puedo comentar", se limitó a decir.

Muñiz sí la pudo ver. "Es una tarjeta roja justa, máxime cuando se ve la cara de Patrick [Mtiliga] llena de sangre. No creo que Cristiano haya ido a agredirle. Le ha hecho daño, pero en un forcejeo. Más que nada, porque no creo que nadie pueda tener la mala fe de ir a hacer daño a un rival", explicó desvelando que el luso se había pasado por los vestuarios a pedir disculpas a Mtiliga. "El chaval me ha dicho que no hacían faltas las disculpas porque sabe que no había mala intención por mi parte, ya que estaba de espaldas", dijo luego Cristiano.

La noche en la que pateó a Juanma Ortiz, del Almería, en el Bernabéu, Cristiano salió pidiendo disculpas. "Ha sido un gesto del momento, de estar en plena competición. Pido disculpas a todos". Le cayó un partido de sanción y se perdió el duelo en Mestalla contra el Valencia. Anoche no pidió disculpas. Se fue convencido de que el árbitro había exagerado. De ahí, que después de soltar el brazo primero se arrodillara en el césped y luego se fuera diciendo no con la cabeza hacia el túnel de vestuarios. De momento, se perderá la cita de Riazor, ante el Deportivo, el próximo sábado por su impulsiva acción.

Casillas despeja el balón de cabeza al borde del área. A la derecha, Van Nistelrooy se despide del público del Bernabéu.
Casillas despeja el balón de cabeza al borde del área. A la derecha, Van Nistelrooy se despide del público del Bernabéu.CLAUDIO ÁLVAREZ

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Eleonora Giovio
Es redactora de sociedad especializada en abusos e igualdad. En su paso por la sección de deportes ha cubierto, entre otras cosas, dos Juegos Olímpicos. Ha desarrollado toda su carrera en EL PAÍS; ha sido colaboradora de Onda Cero y TVE. Licenciada en Ciencias Internacionales y Diplomáticas por la Universidad de Bolonia y Máster de EL PAÍS.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_