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Reportaje:

El artista más reconocible

Altea acoge una exposición póstuma de Enric Solbes, pintor, ilustrador y diseñador valenciano fallecido en diciembre

Enric Solbes (Alcoi, 1960) estuvo 14 años sin exponer su obra pictórica, aunque al mismo tiempo se mostraba permanentemente expuesto al público a través de sus ilustraciones y diseños. Su colaboración gráfica desde 1986 con la editorial Bromera lo ha convertido, aunque muchos ni lo sospechen, en uno de los artistas valencianos contemporáneos más reconocibles.

Miles de libros circulan entre lectores que comenzaron a disfrutar de sus dibujos con L'últim roder, de Josep Franco. El año pasado llegó a ilustrar las Rondalles Valencianes, del mismo autor, con 60 dibujos que le sirvieron para obtener el galardón al libro mejor ilustrado de la Comunidad Valenciana que otorga la Generalitat. Pintor, ilustrador y diseñador gráfico, ya había recibió el Premio de Ilustración del Ministerio de Cultura.

La muestra irá a Sagunt, Alcoi, Requena y Almussafes
La exposición recoge 41 obras, dos de ellas de gran formato

El año pasado decidió volver, pero 2009 también fue el año en que acabó yéndose del todo. El súbito fallecimiento de Solbes el pasado 21 de diciembre se produjo cuando Alzira, la ciudad donde residía desde 1990, contemplaba una colección de trabajos de los últimos cinco años.

El retorno debía tener un recorrido itinerante que se inició en L'Alcúdia y se ha mantenido por diferentes localidades valencianas, así que la muestra inaugurada este jueves en el Palau Altea acoge la primera exposición póstuma de Enric Solbes bajo el título Retrats de l'Invisible, que se podrá ver después en Sagunt, Requena, Almussafes y Alcoi.

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Solbes se había dedicado los últimos años al cartelismo para campañas institucionales y certámenes de todo tipo, a ilustrar libros, calendarios, publicidad, cubiertas e incluso al teatro para las compañías Albena Teatre y L'Horta Teatre. A pesar de la variada y prolija actividad que mantuvo, su producción pictórica tampoco cesó de aumentar en este tiempo. Y en sus últimas obras Solbes mantiene la fidelidad a la pintura acrílica sobre tela y papel, enfocando a la figura humana como objeto de análisis. La exposición recoge 41 obras, dos de ellas de gran formato (1,5 x 2 metros). Una gran parte representan los rostros de gente anónima, que inducen al recuerdo de obras anteriores en otros soportes. Y la propuesta no abandona la habitual tendencia hacia la figuración estilizada y personal de Solbes, ni el influjo de artistas como Manuel Boix, con el que colaboró entre 1985 y 1987.

El concejal de Cultura alteano, Miquel Zaragoza, define esta colección como "el resultado de una formación sin manías, apasionada y cerebral, pero también de una mirada capaz de descubrir en un mundo deshumanizado los detalles que aún nos hacen sentir personas". La exposición puede visitarse hasta el próximo 13 de febrero.

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