'Las meninas', por partes

El asunto de la copia y el original en la pintura tiene una antigua y larga historia. En pocas palabras, es el valor en el mercado el que entroniza la obra única otorgándole el estatus máximo y devalúa la copia en diferentes categorías inferiores que van desde el duplicado de autor hasta el plagio o la falsificación. El italiano Gabriele di Matteo ha tenido en mente estos conflictos durante los últimos años y ha desarrollado un trabajo que juega con la polivalencia y conflictos de estas categorías. La exposición que presenta hasta finales de febrero en la galería Pepe Cobo y Cía (José Marañón, 7) consiste en la copia del célebre cuadro Las meninas, de Diego de Velázquez, dividido en 16 partes. Di Matteo trabaja con la colaboración de la Cooperativa de Pintores Comerciales Napolitanos, a quienes encargó 25 copias a tamaño natural del cuadro (318 - 276 centímetros), todos ellos fragmentados en un total de 400 piezas. Lo que pretenden imitar estas pinturas no es ya el simple cuadro en sí, sino el tópico cultural en el que se ha convertido. Es también una reflexión sobre la imposibilidad humana de realizar una copia idéntica al original, lo cual, paradójicamente, hace de cada pieza una obra única. Un tercer elemento es el de la fragmentación, que alude a la antigua práctica en los talleres de pintores de cortar un lienzo en distintas partes permitiendo al comprador quedarse sólo con la que le interesa. Las meninas se convierten así en un gran rompecabezas cultural o la representación de una mercadería vendida por partes al precio individual de 500 euros. Un complejo juego de espejos que armoniza con el que sugiere el propio cuadro de Velázquez.