Moratinos insiste: "El Gobierno no paga rescates a secuestradores"

El presidente Zapatero se reunió ayer con el jefe de Estado de Argelia, Abdelaziz Buteflika, en la Moncloa, tras un largo paréntesis en las cumbres de alto nivel entre ambos países (Buteflika no venía a España desde 2005) y varios contenciosos entre empresas argelinas y españolas en tribunales de arbitraje a causa del gas -Argelia es el primer suministrador de España-.

El encuentro fue "eminentemente económico", como había avanzado Moncloa la víspera, y ambos países se comprometieron a intentar "diversificar" sus relaciones comerciales y formar un equipo de trabajo para explorar fórmulas con energías renovables.

Pero también se habló mucho de terrorismo. Argelia, que se considera el país más perjudicado por la extorsión a la que, a través de los secuestros, Al Qaeda somete a los gobiernos occidentales, expuso su voluntad, llevada al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, de que los países se comprometan a vetar los rescates.

El ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, que sólo permitió dos preguntas a los periodistas, aseguró, en la rueda de prensa posterior al encuentro entre Zapatero y Buteflika, que España compartía plenamente esa iniciativa, y añadió tajante: "El Gobierno no paga rescates". Antes había agradecido a los servicios argelinos su ayuda para que los tres españoles secuestrados en Mauritania sean liberados cuanto antes.

Pero España ha entrado ya en una negociación indirecta con Al Qaeda en el Magreb Islámico para liberar a los rehenes. Y todos los países europeos han pagado rescates para resolver sus secuestros, salvo Reino Unido. El 31 de mayo de 2009, fue asesinado por sus secuestradores el británico Edwin Dyer, de 61 años.

Los gobiernos de Alemania, Austria, Suiza y Canadá niegan haber pagado. La prensa dice lo contrario. Wolfgang Ebner, austriaco secuestrado en 2008 junto a su esposa, explicó tras ser liberado que el dinero que había recaudado en varias entrevistas se lo daba al Estado como una "modesta contribución" para devolver el gasto que había generado.