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Tribuna:La firma invitada | Laboratorio de ideas
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Invertir en mercados emergentes desde casa

Los mercados emergentes han dejado de ser una categoría exótica y remota. Están ahora también muy presentes en todas nuestras empresas, en el corazón del capital, de las ventas y de los beneficios de las multinacionales europeas. Los emergentes ya absorben de hecho cerca de 50% del total de las exportaciones europeas. Pero, sobre todo, hoy en día un inversor puede apostar por los emergentes invirtiendo exclusivamente en el Ibex 35, el CAC 40 o el FTSE 100.

La crisis actual desdibuja un panorama empresarial inédito. Como en el pasado reciente, en el futuro próximo las tasas de crecimiento elevadas seguirán estando en los mercados emergentes, no en los países OCDE. De ahí que las multinacionales de los países desarrollados traten de hacerse con cuotas de mercado cada vez más importantes en los nuevos mundos.

Las empresas que invierten en emergentes forman ya una categoría de activos específica
Es probable que pronto veamos brotar fondos de inversión estructurados en torno a esta idea

Una empresa como Siemens, por ejemplo, estima que más de la mitad del crecimiento mundial en sus áreas de negocio procederá de los emergentes en los próximos años. En 2009, estas economías ya representan más del 33% del total de las ventas del conglomerado alemán. En 2015 -es decir, mañana-, grupos europeos como Philips, MAN o Renault estarán logrando más de la mitad de sus ventas en los mercados emergentes. En la actualidad, multinacionales como la sueco-suiza ABB, la francesa Schneider Electric o la alemana Volkswagen ya derivan, respectivamente, el 55%, el 32% y el 26% de su facturación de los mercados emergentes. En el caso del grupo automovilístico alemán, ese porcentaje procede de sólo dos países: China y Brasil.

Estas empresas no son las únicas en haberse volcado hacia los mercados emergentes. La cementera francesa Lafarge obtiene casi el 65% de sus beneficios de las diferentes regiones emergentes del mundo, incluyendo África y Oriente Próximo (su competidora suiza Holcim también efectúa un sustancial 34% de sus ventas en emergentes). En 2008, tras la adquisición de la norteafricana Orascom por casi 9.000 millones de euros, Lafarge aumentó significativamente su perfil de multinacional euroemergente. Es más, su principal accionista ya no es francés o belga, sino egipcio: Naguib Sawiris, quien posee en la actualidad 13% de la multinacional.

La carrera de los grupos occidentales hacia los emergentes no se limita sólo a los BRIC, ya que muchos toman posiciones fuertes en países que no son Brasil, Rusia, India o China. Algunas nuevas fronteras de despliegue están en México, Turquía, Egipto, Vietnam, África del Sur o Indonesia. Empresas como Unilever, por ejemplo, cotizan ahora en Suráfrica o India. Así, Hindustan Unilever es una empresa india que cotiza en el mercado local. Empresas como el banco británico Standard Chartered han dado incluso un salto más: esta multinacional se ha convertido en un banco de mercados emergentes, obteniendo la totalidad de sus beneficios en estas zonas. Si bien su sede corporativa sigue en Londres, sus centros de negocios e ingresos están ahora exclusivamente en África, Oriente Próximo, el sureste asiático, India o China.

Recientemente, Goldman Sachs publicó un estudio argumentando que este grupo de empresas -europeas, pero con fuertes presencias, beneficios y ventas en los mercados emergentes- constituye no sólo los valores con mayor potencial de sus respectivos índices bursátiles, sino que, además, ya es una clase de activos específica. De hecho, la exposición a los mercados emergentes de este grupo de 40 multinacionales europeas seleccionadas se duplicó en apenas una década. En el sector bancario, Goldman Sachs destaca también al BBVA y al HSBC, además de Standard Chartered.

La nacionalidad de muchas de las casi 40 empresas europeas incluidas en la lista es, de hecho, incierta: ¿cómo categorizar a Arcelor Mittal, una empresa con sede en Europa, pero en manos de un magnate indio? ¿Y Vedanta Resources, una empresa también con sede en Europa, pero con capital y mando indio y un volumen de ventas de más del 73% procedente de los mercados emergentes? ¿Y Kazakhmys, empresa con sede en Londres, procedente de Asia Central y con un volumen de ventas en emergentes que representa el 40% del total? Un caso emblemático es la cervecera belgo-brasileña-estadounidense Anheuser-Busch InBev, con sede en Bélgica y gestores brasileños al mando tras la fusión, años atrás, con una cervecera brasileña.

España posee en el Ibex 35 algunas empresas que pertenecen a esta categoría de compañías europeas con fuerte actividad en mercados emergentes. De hecho, en el estudio de Goldman Sachs se incluye, como ya he mencionado, al BBVA, un banco que deriva el 50% de sus ingresos de América Latina. Faltan, sin embargo, muchas más empresas en esta lista. Telefónica, por ejemplo, con casi 90.000 millones de euros invertidos en América Latina en las dos últimas décadas, y ahora con posiciones también en China y otros emergentes, es sin duda una empresa emblemática de esta nueva categoría de empresas europeas con fuerte ADN emergente, por delante, incluso, también en su sector, de las nórdicas Telenor, Ericsson o Nokia, que efectúan, respectivamente, el 28%, el 39% y el 54% de sus ventas en los emergentes. Santander, Inditex, Iberdrola, Endesa o Gas Natural también podrían fácilmente alargar la lista.

Todas estas multinacionales permiten al final apostar por los emergentes desde casa. Todas cotizan en Londres, algunas, incluso, en Madrid. Todas permiten a los inversores apostar por los emergentes a través de empresas europeas. Es probable que pronto veamos brotar fondos de inversión estructurados en torno a esta idea: invertir en mercados emergentes mediante las empresas europeas.

Goldman Sachs inventó los BRIC. Es posible que se esté ahora inventando una nueva clase de activos y empresas mestizas: europeas, cierto, pero con cada vez más ADN emergente. Multinacionales euro-emergentes.

Javier Santiso es director del Centro de Desarrollo de la OCDE

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