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Reportaje:Naturaleza en la ciudad

Verde y vertical

La capital tiene tres muros vegetales: dos están en CaixaForum y la plaza de Soledad Torres Acosta y, el de la Torre de Cristal, se inaugurará en breve

Rosa Rivas

Madrid tiene dos grandes jardines verticales, firmados por el experto mundial Patrick Blanc. Uno fue el primero en España, instalado en 2007 en el centro cultural CaixaForum, en el paseo del Prado. El otro es el que, de momento, ha llegado más alto, al tope de la Torre de Cristal de la aseguradora Mutua Madrileña, uno de los cuatro edificios de oficinas que rascan el cielo de la Castellana y cuya inauguración se prevé a finales de año.

Además de la altura, la diferencia entre ambos jardines es que uno está a pie de calle, a la vista del público paseante o de quienes acuden a las actividades de la Fundación La Caixa, y el otro está en un piso 50 (a 250 metros del suelo) y tendrá un acceso privado. "El jardín es un elemento artístico y un pulmón vegetal para un edificio emblemático", indican en la Mutua. Un emblema del que no facilitan cifras de coste. El presupuesto del edificio, diseñado por el arquitecto César Pelli, es de 45 millones de euros.

"El jardín es un pulmón vegetal para un edificio emblemático"
En verano hay que refrescar las plantas más de cinco veces al día

El elevado pulmón vegetal tiene 24.000 especies (40 plantas por cada metro cuadrado) y consta de un tapiz de 600 metros cuadrados, flanqueado por dos alineaciones, a dos alturas, de 11 árboles de hoja caduca (robles). Luce ahora un aspecto otoñal. "Es la evolución natural de lo plantado", dicen sus cuidadores.

Los jardines verticales son bellos, pero es una belleza frágil que requiere atención especial y mimo. La altura incide aún más en la peculiaridad. En el caso del jardín vertical de la Torre de Cristal, el más alto de Europa (por el momento), hay corrientes de aire y una atmósfera (10 grados de diferencia entre la planta 50 y la planta baja) que hacen más difícil valorar si las especies van a estar adaptadas o no.

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Ese estudio de adaptación ha superado el año con un "balance positivo", aseguran en Mutua. De las 24.000 plantas se han repuesto "sólo 400" y dos especies de fucsias no se han aclimatado, confirman los jardineros. La ciudad está a 600 metros sobre el nivel del mar, pero este jardín "está a la misma altura que San Lorenzo del Escorial (a 1.000 metros), sólo que sin montañas alrededor. El entorno es urbano", precisa Álvaro Aparicio, responsable de Agroforest. Con una plantilla de 30 personas, se ha especializado en jardinería vertical. Es el estudio de paisajismo responsable de los jardines verticales de CaixaForum y Torre de Cristal.

Hay un tercer muro verde en la plaza de Soledad Torres Acosta, junto a Gran Vía. Recoleto, como una isla vegetal en una esquina de una plaza con dureza de materiales y situaciones, este jardín vertical está un tanto damnificado, con calvas de sequedad entre el verdor. Las empresas Agroforest y Semar ejecutaron en 2007 el diseño que Ben Bushe y Brut Deluxe Arquitectos proyectaron para el Ayuntamiento de Madrid. El mantenimiento corre en la actualidad a cargo de los servicios municipales de jardinería. "Estos jardines son complicados. Requieren tiempo para que se adapten", indican en Patrimonio Verde. Las arquetas a pie de muro fueron vandalizadas, confirman, pero al parecer "no hubo daños excesivos en la red de riego". Las plantas prendidas a este muro (algunas "autóctonas de la sierra") sobreviven con poca tierra y nacen en grietas de roca. "Pero las revisamos cada dos o tres días", explican.

Pese a lo agitado del trasiego urbano y los humos de los coches que pasan veloces a su lado, el muro vegetal del CaixaForum luce espléndido. La primera obra en España de Patrick Blanc es el mayor jardín vertical implantado sobre una fachada sin huecos. Ocupa 460 metros cuadrados de superficie vegetal (como una pista de tenis) y alberga 15.000 plantas de 250 especies que dibujan un gran tapiz. El coste total de la intervención arquitectónica de la antigua central eléctrica del Mediodía, en la que se incluye la construcción del jardín vertical, ascendió a 60 millones de euros.

"Este jardín requiere prácticamente los mismos cuidados que cualquier otro. Únicamente necesita la luz solar y un sistema interno por goteo en el que junto al agua se le suministran a las plantas nutrientes". Hubo un susto al principio. En junio de 2007, las 15.000 plantas de especies diferentes estaban verdes. Un mes después el bosque frondoso lucía como si fuera maleza. Las propias obras de construcción del CaixaForum le afectaron, pero lo que apuntaba como infancia difícil tuvo una madurez lustrosa.

"La adaptación al paisaje urbano a lo largo de estos más de dos años ha sido más que satisfactorias. Se ha convertido en un icono de la ciudad", afirma un portavoz de la Fundación La Caixa.

En los calurosos veranos de Madrid hay que refrescar las plantas más de cinco veces al día. El riego es automatizado y para el especial jardín del rascacielos Agroforest ha incorporado un sistema sobre los criterios de Blanc y que aprovecha el agua del drenaje. El líquido del riego se escurre por el muro (que tiene un fieltro donde se anclan las plantas) y baja por un canalón; luego se recupera en un depósito, se filtra y se reutiliza para regar.

Los jardines verdes tienen un aporte ecológico, dicen sus defensores. De hecho, en una ciudad tan contaminada como México DF se ha planteado instalarlos en distintos barrios para reducir la polución.

"Depuran las aguas grises, mejoran la estética de la fachada, ofrecen un diseño versátil u refrigeran el interior del edificio", pone de relieve Vivers Ter. Esta empresa catalana, dirigida por Álex Puig, lleva a cabo proyectos de paisajismo con implicaciones medioambientales y ha patentado un sistema para muros y paredes verdes, FlexiverdeBabylon, junto a una empresa italiana (Poliflor) y otra madrileña (Top Grass).

Lo verde tiene bondades, pero también su precio, y no es bajo. Aunque depende de las dimensiones del muro. Suele haber 40 plantas por metro cuadrado, lo que supone unos 80 euros por metro (una planta vale un mínimo de 2 euros). "El mantenimiento de un jardín vertical es más barato de lo que parece. Lo que es más caro es la instalación", explica el experto de Agroforest.

Los jardines verticales son "obras complejas" que requieren personal subidos a plataformas o suspendidos en arneses para colocar las plantas y realizar los arreglos. En el caso del jardín de la Torre de Cristal, hay dos visitas de control semanales. El arbolado requiere una poda y una revisión en primavera y otoño, además de un tratamiento fitosanitario (contra plagas y pulgones) en esas mismas fechas. El tapiz vegetal precisa tres actuaciones al año de podas y recortes, trabajo que se realiza con grúas. Reponer plantas es algo normal.

"Las plantas son seres vivos, hay plantas que se mueren porque sí", precisan en Agroforest. El propio autor de los jardines, Patrick Blanc, recomienda dejar los esqueletos de las plantas para sostener a las que van brotando.

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Sobre la firma

Rosa Rivas
Periodista vinculada a EL PAÍS desde 1981. Premio Nacional de Gastronomía 2010. Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense. Master en Periodismo Audiovisual por Boston University gracias a una Beca Fulbright. Autora del libro 'Felicidad. Carme Ruscalleda'. Ha colaborado con RTVE, Canal +, CBS Boston y FoolMagazine.

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