La renovada Concordia controlará el tráfico de la línea de La Robla
FEVE inició ayer las obras de rehabilitación de una de sus estaciones más emblemáticas, la de La Concordia, con el objetivo final de centralizar en Bilbao el control de tráfico de las líneas que unen la capital vizcaína con La Robla (León) y Santander, la que enlaza la villa con Balmaseda y el tramo entre Aranguren y Carranza. De esta forma, la compañía ferroviaria sumará, en total, la gestión de la circulación de 391 kilómetros de vías.
El proyecto consta de dos actuaciones. De un lado, el edificio principal de la estación, de 869,51 metros cuadrados de superficie, sufrirá un reacondicionamiento integral. Sus instalaciones albergarán un nuevo puesto de mando, una sala de control de estaciones, el despacho de atención al viajero y una zona de descanso y aseos. El plan contempla la demolición y retirada parcial de forjados, la incorporación de un ascensor y el cambio de trazado de la escalera.
FEVE invierte 2,13 millones en adaptar la centenaria estación bilbaína
De otro lado, en el inmueble anexo al anterior se instalará un renovado Centro de Control de Tráfico (CTC), desde donde el personal de FEVE podrá supervisar la ubicación y el tránsito e los trenes desde varias pantallas de plasma.
Estas obras, que absorberán una partida de 2,13 millones de euros y se prolongarán durante once meses, se desarrollarán en varias fases para no interferir en la actividad regular de la centenaria estación, que no verá afectada su característica arquitectura modernista. Asimismo, los nuevos equipamientos ofrecerán todas las condiciones de accesibilidad para las personas con movilidad reducida.
El acto de presentación del arranque de los trabajos estuvo presidido ayer por el delegado del Gobierno, Mikel Cabieces, y el presidente de FEVE, Ángel Villalba, quien recordó que la compañía invertirá más de 115 millones de euros entre 2010 y 2013. Más de la mitad de esa cuantía irá dirigida a reforzar la seguridad en Vizcaya, a través de la electrificación de la línea de Carranza y la automatización de diez pasos a nivel.
