"Melodía y baile son el motor de una revolución irresistible"
En las fotos promocionales parece un muchacho más modoso, pero en las distancias cortas Brett Dennen se comporta como un perfecto torbellino. Su melena pelirroja es del todo ingobernable, la camisa le sobresale por encima del pantalón y sus respuestas no sólo brotan torrenciales, sino con un regusto místico que sorprende a sus 29 años. Suyas son algunas de las canciones más aseadas y luminosas del año, revulsivos para hacer frente a estos tiempos de posibles borrascas mentales.
Fue en primavera cuando puso en circulación su tercer disco, Hope for the hopeless (Dualtone/Nuevos Medios), y enseguida resultó evidente que su apelación al optimismo y a la bondad del ser humano le emparentaba con Jack Johnson, Jason Mraz y demás cantautores de sonrisa perenne. Desde entonces se ha granjeado un público creciente y entusiasta en la vieja Europa, un continente poco habituado a alardes tan indisimulados de buenrollismo. Porque el repertorio de Dennen tiene un aire casi redentor.
"Las canciones pueden cambiar la forma de contemplar el mundo"
"Nada dura para siempre", se lee en el único tatuaje de un chico al que nunca habríamos imaginado pasando por las manos de un tatuador. ¿Desde cuándo se graban mensajes indelebles los antiguos monitores de boy-scouts?
Pregunta. El mundo está hecho unos zorros y todos sus moradores desapareceremos. ¿Dónde encuentra argumentos para poner buena cara?
Respuesta. Desde luego hay mucho sufrimiento en esta vida, pero no debe conducirnos al pesimismo. Ése es el motivo de que titulara este álbum Esperanza para los desesperanzados. Sin tristeza no habría gozo y sin dolor no conoceríamos alivio. Las cosas siempre son susceptibles de mejorar; sólo debes creer en ello.
P. ¿La existencia de alguien puede dar un vuelco con una simple canción?
R. Las canciones no pueden cambiar el mundo, pero sí el punto de vista desde el que lo contemplas. Mi trabajo consiste en darle a la gente motivos para vivir mejor. Porque la combinación de música, melodía y baile es el motor de una revolución irresistible.
P. Me da que se está poniendo un poco hippy.
R. Mis padres lo fueron, pero no estoy seguro de merecer tal categorización. Defiendo los valores de la ilusión y las cosas inmateriales, naturales y auténticas. ¿Es suficiente para tomarme por hippy? No sé.
P. ¿Por qué le dio por colaborar con asociaciones de apoyo a la infancia?
R. Siempre compartí la filosofía de Rousseau, eso de que todos llegamos a la vida investidos de pureza e inocencia. No creo que nazcamos con el veneno dentro.
P. ¿Fue buena idea eso de que sus padres le educaran en casa?
R. No sé si es la mejor opción, me parece interesante para la etapa de los siete u ocho años. El problema es que encerrado en tu casa no aprendes a compartir. Yo aún estoy en ese aprendizaje; por eso monto grupos musicales, a ver si me relaciono mejor...
P. ¿Se considera un hombre de su tiempo?
R. Es el único que tengo y que conozco.
P. ¿Le molesta que algunos críticos musicales le consideren un placer culpable?
R. Me parece un poco ridículo.
Brett Dennen. Hoy a las 22.30 en El Sol. Entrada: 18 euros
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