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OPINIÓN
Columna
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Memoria del futuro

Joaquín Estefanía

Todos los análisis coinciden en pronosticar al sistema financiero español un muy difícil 2010, por la combinación de tres factores: incremento de la morosidad, caída de los márgenes como consecuencia de una política de bajos tipos de interés y necesidad de aumentar las provisiones para hacer frente a estos y otros factores de riesgo. Aunque en principio no se trata de problemas de solvencia, puede decirse que en España la reestructuración financiera está delante de nosotros y no atrás, como en la mayoría de los países de nuestro entorno que sufrieron antes -por su mayor debilidad- los avatares de la desregulación y sus abusos.

Ello, en un contexto en el que la situación de extrema dificultad que atravesó el sistema financiero internacional a partir de septiembre de 2008 ha dado muestras de alivio, pero en el que no todo está arreglado. Un día suspende pagos Cit Group, el mayor prestamista de Estados Unidos a pequeñas empresas, y al siguiente se conoce que Gran Bretaña pretende trocear los bancos intervenidos en el pasado inmediato (RBS, Lloyds y Northern Rock) para evitar el oligopolio de entidades financieras demasiado grandes para caer.

Incremento de la morosidad, caída de los márgenes y mayores provisiones marcan el futuro financiero

No es lo mismo que la cartografía por la que se desenvuelven los bancos y cajas españoles la hagan las agencias de calificación de riesgo o algún banco de inversión, con intereses en el sector, que sea elaborada por la autoridad supervisora. El Banco de España acaba de hacer público el Informe de Estabilidad Financiera, cuya principal conclusión podría ser la del místico: si me contemplo soy un pecador, pero si me comparo soy un santo.

¿Características financieras de la coyuntura?: la desaceleración del crédito persiste (en la oferta y en la demanda), aunque habría tendido a moderarse durante los últimos meses. La morosidad seguirá creciendo conforme la economía decrezca o aumente el desempleo, con especial incidencia en el ámbito inmobiliario; los morosos en la construcción y promoción inmobiliaria son el 8,2% del total, casi cuatro puntos más que la morosidad general. Este dato es especialmente significativo por cuanto el 52% de los créditos totales concedidos están vinculados de una u otra forma a las hipotecas, a la construcción y al crédito promotor.

El Banco de España subraya en el informe citado la enorme heterogeneidad de las entidades financieras. Cree que, en general, el nivel de la solvencia de las sociedades de depósito de nuestro país ha mejorado con relación a 2008 y que, haciendo la analogía internacional, las entidades españolas están "en una posición intermedia, pero hay que tener en cuenta que numerosas entidades de otros países recibieron fondos públicos para reforzar su capital por importes significativos". La entidad supervisora entiende que el sector está sobredimensionado y con exceso de capacidad productiva, lo que induce a pensar en más procesos de fusión y cierre de oficinas.

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