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Reportaje:

Vender coches después del plan

La conclusión del primer programa para subvencionar la compra de vehículos tiene un impacto negativo en las ventas de los concesionarios

Tal y como se temía el sector vasco del automóvil, el agotamiento a principios de este mes de los primeros fondos del plan de subvenciones para comprar vehículos, conocido como 2000E, ha tenido un impacto negativo en su venta. Pese a que el número de matriculaciones en lo que va de mes se mantiene en niveles "un 30% por encima" de los registrados hace un año, las asociaciones de concesionarios de Euskadi señalan que esos datos son "sólo una consecuencia de las operaciones residuales" derivadas de las ayudas.

Mientras se concretan las condiciones de la prórroga del programa de ayudas hasta finales de año anunciada ayer por el ministro de Industria, Miguel Sebastián, y su aplicación en cada comunidad autónoma, el registro de nuevas ventas, ya sin incentivos, se ha visto reducido en unas 1.500 unidades respecto a las previsiones mensuales del sector, que calculaban tramitar unas 4.000. Una realidad que, según advierte Miguel Delgado, delegado en Euskadi de la Federación de Asociaciones de Concesionarios de Automoción (Faconauto) y presidente de la Asociación de Concesionarios de Vizcaya, no se reflejará hasta que vean la luz las estadísticas de diciembre o enero.

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El motivo de este fenómeno, más allá de la extinción de la primera partida de subvenciones, tiene un componente psicológico, apunta Juan Mari López, portavoz de la Confederación Vasca de Empresarios de Automoción y secretario de la Asociación de Empresarios de Automoción de Guipúzcoa. De un lado, hasta ayer mismo no estaba claro si el Ejecutivo central prorrogaría o no su plan de ayudas, por lo que los ciudadanos susceptibles de acogerse a él se mantenían a la espera. Pero, por otro, la iniciativa provocó una "alegría" en el sector que contagió incluso a aquellas personas que no cumplían los requisitos para solicitar la subvención, y se produjo un repunte de ventas añadido, apunta Delgado. Ahora, ese colectivo de potenciales compradores también se habría retraído.

Por todo ello, los concesionarios vascos temen que las ventas "sigan cayendo en picado" si no se toman las medidas oportunas. Recuerdan la alta rentabilidad que ha proporcionado al Ejecutivo central en concepto de recaudación del IVA por las operaciones ejecutadas. También pretenden "evitar agravios comparativos con Navarra", que prorrogó las ayudas autonómicas hasta diciembre.

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Desde que se agotaron los fondos, los concesionarios vascos han tenido que sacar adelante multitud de ventas con descuentos ya pactados -2.000 en toda Euskadi, calcula el sector-, que habían quedado en el aire.

Pero ya no había fondos. La salida más socorrida para ellos ha sido mantener los 1.000 euros que proporcionaba el fabricante hasta el 31 de diciembre y jugar, dentro de los "escasos márgenes" que manejan, con descuentos en ciertos modelos hasta completar las ayudas prometidas. Las reacciones han oscilado entre aquellos clientes que lo han entendido perfectamente y quienes no se lo han tomado tan bien, según fuentes de varios concesionarios vizcaínos.

Pese a todo, la Oficina de Atención al Consumidor no ha recibido más de media docena de reclamaciones por este concepto, apuntan fuentes del Gobierno vasco. Muchos concesionarios establecieron una cláusula en sus contratos de venta que advertía de que en caso de que se acabasen los fondos no se aplicarían los descuentos reflejados en el acuerdo, explica Fernando Díaz, presidente de la Asociación de Empresarios de Automoción de Álava.

Así las cosas, inmersos en una situación de incertidumbre y con el recuerdo aún fresco del "final desastroso" y "precipitado" del plan, la Confederación Vasca de Empresarios del Automóvil ha remitido un escrito al consejero de Industria, Bernabé Unda, en el que le reclaman una reunión urgente. El sector quiere plantear, más allá de una posible moratoria del Plan 2000E, que se deje de englobar los fabricantes en el sector servicios para pasar a formar parte, oficialmente, del industrial, para empezar a percibir incentivos para la renovación de maquinaria. También quieren que se les tenga en cuenta a la hora de plantear programas de ayuda al sector.

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