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El debate de Ares con ELA a las puertas de la comisaría

La inauguración de la renovada comisaría de Ondarroa no estuvo ayer exenta de polémica. Una veintena de sindicalistas de ELA se concentraron frente a las instalaciones, ante la visita del lehendakari, para hacer públicas sus exigencias laborales respecto a la Ertzaintza. Ni corto ni perezoso, y ante la sorpresa generalizada, el consejero de Interior, Rodolfo Ares, se aproximó hasta ellos para conocer de cerca sus reivindicaciones. Tras un tenso intercambio de palabras que apenas se prolongó un par de minutos, la central acordó con Ares una reunión para mañana, que se celebrará en la sede del Gobierno.

Tras una pancarta en la que se podía leer Menos fotos, más soluciones, los sindicalistas plantearon, megáfono en mano, una ampliación de plantilla, el adelanto de la edad de jubilación, una normativa de indemnizaciones y la aplicación del Estatuto Básico del Empleado Público, entre otras demandas. Ares tomó nota y se comprometió a estudiarlas en persona mañana. Aún así, los militantes de ELA calificaron la acción de "propagandista" y se remitieron a los resultados de la cita.

No fue, sin embargo, la única polémica. ELA criticó también la invitación cursada a Erne, como sindicato mayoritario de la Ertzaintza, para acudir a la reapertura de las dependencias de Ondarroa y deploró la ausencia de las demás centrales.

Cien agentes

La nueva comisaría, que está ubicada en la calle Zaldupe y presta servicio a más de una decena de localidades, volvió a funcionar ayer tras más de un año de obras para arreglar los desperfectos causados por el atentado de ETA. La reparación ha exigido un desembolso público de 1,9 millones, a los que se han sumado otros 30.000 euros para dotar de nuevo mobiliario a las instalaciones. Los trabajos se han centrado en la fachada frontal, que fue la que resultó más deteriorada por el estallido.

El complejo de Ondarroa, uno de los once que la policía autónomica tiene repartidos por Vizcaya, está definido como una "unidad pequeña" en la que trabajan casi un centenar de ertzainas. Durante el tiempo que ha permanecido inactivo por las obras, los agentes han mantenido su servicio para la zona de Lea Artibai desde las instalaciones de Iurreta, ubicadas a más de treinta kilómetros, en la vecina comarca del Duranguesado.

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