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Crónica:Tercera jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

Con correr no basta

El Valladolid desarticula a un Zaragoza de mucho músculo y poco fútbol

Jordi Quixano

Elegante en las formas pero un tanto desajustado en defensa, el Valladolid sometió con bien poco al Zaragoza, desfondado de tanto perseguir a la pelota, sobrado de músculo pero falto de juego e ideas.

Al Zaragoza le cuesta horrores hilar cuatro pases seguidos. No es un equipo de toque refinado ni estilista. Lo suyo es la fuerza bruta, el poder de la intimidación. El placer de ganar metros como si de un partido de rugby se tratara. Sólo Pennant y Jorge López ofrecen una alternativa sugerente. El primero corre que se las pela; el segundo sabe a lo que juega, siempre pendiente de los pasillos interiores y de los movimientos del punta. La mezcla de ambos, sin embargo, resultó insuficiente.

ZARAGOZA 1 - VALLADOLID 2

Zaragoza: Carrizo; Ponzio, Ayala, Pavón, Obradovic (Kevin, m. 86); Gabi, Abel Aguilar (Paredes, m. 75), Pennant, Jorge López, Babic (Songo'o, m. 58); y Arizmendi. No utilizados: Vallejo; Pulido, Gafforr y Alex.

Valladolid: Jacobo; Pedro López, Prieto, Arzo, Nivaldo; Rubio, Borja (Pelé, m. 65); Sisi, Cannobio (Sesma, m. 80), Marquitos (Font, m. 68); y Diego Costa. No utilizados: Fabricio; Baraja, Barragán y Bueno.

Goles: 0-1. M. 3. Marquitos. 1-1. M. 26. Jorge López. 1-2. M. 56. Sisi.

Árbitro: Ramírez Domínguez. Amonestó a Arzo y Diego Costa.

25.000 espectadores en La Romareda.

Sin grandes figuras, el Valladolid pretende un fútbol atildado, incluso fantasioso en campo ajeno. Pero su gran virtud es que ensancha el campo como pocos. El punto y final a las jugadas se pone cuando el balón, ya sobado, ha pasado del centro a la banda y del costado al punto del área. Los interiores tienen clara su misión: si uno centra, el otro atiende al segundo palo. En una de ésas, Diego Costa le ganó una carrera a Pavón, sacó un centro atrás y Marquitos, obediente, acudió al sitio. Disparo raso, bien ajustado al palo y gol.

Cuando se tuercen las cosas, el Zaragoza, de raza, aprieta. Adelanta unos metros las posiciones, empuja y muerde. El medio centro Abel Aguilar es el pulmón. Para jugar ya están Pennant y Jorge López. En su enésima carrera por la banda derecha, Pennant sacó un centro que, tras un rechace, acabó en los pies de Jorge López. Éste, con la zurda, definió. Premio al arreón. Pero el Valladolid tiene automatismos y librillo de ataque. Así, la jugada se desplegó por la izquierda, Marquitos centró y Sisi, también obediente, remató en el palo opuesto. Otra diana y aniquilado el Zaragoza, con la lengua fuera de tanto correr.

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