"¡Póngame un Chigrinski!"
Laporta paga 25 millones por el central del Shakhtar a petición de Guardiola
"¡Póngame un Chigrinski con naranja!", bromeó Joan Laporta en el bar de un hotel de San Francisco, a principios de agosto, durante la gira norteamericana del Barcelona. Y añadió con guasa: "Yo ficharía a Cesc, pero resulta que no, que el bueno tiene nombre de vodka". Resulta que Dmytro Chigrinski (Izyaslav, Ucrania; 1986), jugará esta tarde en Mónaco su último partido con el club de los mineros. El Barcelona pagará 25 millones por él. Hay una razón y la da Txiki Begiristain, el director deportivo: "Es muy bueno y muy joven. Saldrá barato".
Es evidente que el empecinamiento de Pep Guardiola ha sido decisivo para que el Barça asuma el esfuerzo por un central de nombre impronunciable del que el técnico se enamoró a primera vista después de que su ayudante, Tito Vilanova, le avisara tras ver el encuentro Basilea-Shakhtar, de la primera fase de la Champions del curso pasado. La impresión que le causó el melenudo defensa fue tal que cambió el sistema de juego en Donetsk por su culpa: del 4-3-3 al 4-4-2, con Henry y Eto'o en punta para fijar la salida de los dos centrales. Pese a todo, Chigrinski encontró camino y a los 20 minutos Pep ya había perdido la cuenta de cuántas cosas había hecho bien aquel enorme futbolista -1,90 metros, 81 kilos- que una vez tras otra se saltaba la primera línea de presión.
Begiristain: "Su perfil es complicadísimo de encontrar y resulta clave para nosotros"
Durante la temporada, Guardiola siguió viéndole en acción al menos 20 veces porque los equipos que dejaba el Shakthar jugaban luego contra el Barça. Quedó prendado de él. Por eso fue almacenando en su despacho, uno tras otro, los encuentros de la Copa de la UEFA, en la que recaló a su eliminación de la Champions. Además, vio al menos ocho partidos de la Liga ucrania. Por eso, cuando cinco días después de ganar el título en Roma se reunió con Begiristain para planificar la presente campaña, pidió dos cosas: la baja de Eto'o y el alta de Chigrinski.
"No atendemos a un capricho de Guardiola", ha sostenido Begiristain, que sabe del central desde que fue elegido para el once ideal del Europeo sub 21 de 2006. Ya entonces jugaba con las medias subidas hasta las rodillas, una costumbre que no ha modificado. "Fichamos a un jugador de unas características determinadas. Tiene buena salida del balón, desplazamiento en largo, domina el juego aéreo, se incorpora bien al centro del campo, que es donde el Barça siempre busca su superioridad. Es un perfil complicadísimo de encontrar en el mercado y es una posición clave para nosotros", razonó ayer Txiki.
La gran duda que se maneja en los despachos del club se refiere a su adaptación. Tras la experiencia del bielorruso Hleb, asusta pensar que el ucranio tenga la mitad de problemas que tuvo el centrocampista para entender el juego del equipo. Además, en su caso será la primera vez que juegue fuera de su país. Los informes, sin embargo, invitan al optimismo: habla inglés, es serio, tan responsable que a los 22 años es segundo capitán del Shakhtar, es muy familiar y lleva en el primer equipo de Ucrania desde los 22 años. Otra preocupación es cómo se puede tomar Puyol la llegada de la competencia ahora que negocia la renovación de su contrato.
Guardiola no quiso hablar ayer sobre el nuevo jugador del Barça -"por respeto al rival y porque hoy no toca; estamos ante un partido serio y todo lo demás, Chigrinski, Valdano..., no toca", dijo-, pero se dio de frente con el jugador al abandonar la sala de prensa. Uno salía y otro, junto a Mircea Lucescu, su entrenador, entraban: "Sin excepción, para cualquiera el sueño es llegar a un club del nivel del Barça. Me siento orgulloso y más cuando han insistido tanto", reconoció Chigrinski.
"Cuando termine el partido estará a disposición del Barça, pero la final de la Supercopa la juega con nosotros", avisó Lucescu, que tenía el día simpático y corrigió varias veces a los periodistas sobre la pronunciación del nombre del central: "¡A ver si os lo aprendéis: Chi-grins-ki!". Es probable que el jugador acuda el sábado a la inauguración del nuevo estadio del Donetsk, a la que también irá Laporta, y que sea presentado el domingo por la tarde.
"En esta operación ganan todos menos yo", advirtió Lucescu; "el club, honor; el presidente, más dinero. El Barça ficha a un gran jugador y él se va a un gran club". Resignado, añadió: "Estoy contento, pero tendré que volver a crear otro jugador de este nivel". Guardiola tiene claro que eso es imposible.
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