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Reportaje:

Tres actrices españolas y un texto de Woody Allen

'Adulterios' es la segunda obra que dirige Verónica Forqué

Javier Vallejo

Escribir para las mujeres es una buena manera de acercarse a ellas. Por eso los mejores papeles de Woody Allen casi siempre son femeninos. También en Central Park West, última pieza de su tríptico teatral Adulterios, que se estrena mañana en el Maravillas, las chicas se llevan la parte del león. Esta comedia, dirigida por Verónica Forqué, con María Barranco y Miriam Díaz-Aroca al frente del reparto, comienza como un duelo dialéctico desigual entre una psiquiatra de lengua afilada y su mejor amiga, y acaba con ellas y sus maridos a gorrazo limpio, todos contra todos.

"Lo que dice por esa boquita Phyllis, la psiquiatra, no tiene desperdicio", apunta María Barranco, su intérprete. "Está muy dolida con lo que le ha hecho Carol: la ataca por eso, pero no es mala gente. Al principio, le cogí algo de manía. Luego, me encantó". "Eso nos pasa a todas las actrices: tememos caer antipáticas si nuestro personaje lo es", opina Verónica Forqué. "No es el caso de Phyllis, una mujer cuanto más mordaz, más divertida".

La comedia empieza con un duelo dialéctico entre un psiquiatra y su amiga

Central Park West, una de las zonas más caras de Mahattan, es donde viven Phyllis y su esposo, y ella tiene su consulta. Como el título original dirá poco o nada al público español, los productores de la comedia han decidido, con buen criterio, estrenarla con el nombre de la trilogía: Adulterios suena más comercial y, además, indica de qué va el asunto.

Ésta es la segunda vez que Verónica Forqué se sube a las tablas como directora. "Nacho Artime, el traductor, y Carlos Lorenzo, el productor, me lo ofrecieron, y acepté casi con los ojos cerrados: es una obra muy divertida. Antes monté La tentación vive arriba, con Toni Acosta y Antonio Molero (en cine la hizo Marilyn Monroe). Me gusta dirigir; es un viaje completamente distinto. Mi trabajo consiste en ayudar a los actores a liberarse y en hacer trabajar su inconsciente, su instinto, que es de donde viene todo realmente. A veces tengo que emplear un poco más de firmeza, y a veces desparramar, hasta dar con algo que me guste, que me haga reír o me conmueva".

Alineadas en un sofá, en el centro del escenario del teatro Maravillas, directora y protagonistas componen un friso que gustaría sin duda al director de Balas sobre Broadway: una morena locuaz, una rubia hasta ahora callada y otra cuyo cabello sujeta un sombrero que ni el fotógrafo, temeroso de que la sombra del ala oscurezca su cara, logra que se quite ni por un solo instante.

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"Lo que me encanta de Woody Allen es su humor, su manera de mostrarnos lo patéticos que somos y, sobre todo, de decir cosas agrias como si estuviera hablando de lo más trivial", apunta María Barranco. "Es un hombre de una lucidez asombrosa", remacha la Forqué, cuyas películas favoritas son Match Point, Delitos y faltas e Interiores.

En cambio, casi todas las preferidas de María Barranco son de la primera época del director: El dormilón, Annie Hall y, sobre todo, Zelig: "Le admiro desde mi adolescencia". ¿Y las preferidas de Miriam Díaz-Aroca? Aquí llega la sorpresa: apenas ha visto un par de películas suyas. Woody Allen no forma parte de su mitología personal. "Lleva una línea diferente al resto del cine americano, tiene un universo particularísimo, pero tampoco me ha interesado demasiado hasta ahora. En Adulterios le siento más cercano que en su cine".

Barranco formaba parte del proyecto antes de que Forqué se embarcara en él. Díaz-Aroca ha sido la última en subirse: "Con semejantes ingredientes, ésta era una oportunidad maravillosa de poder encarnar a tres mujeres en una, porque la personalidad y la actitud de Carol mutan a lo largo de la función. El final es esperpéntico: la vida se ha reído de ella, pero quizá ahora ella pueda reírse de la vida".

Adulterios se estrenó en agosto de 2008 en Avilés. Desde entonces, se ha representado en 57 poblaciones, de modo que llega a Madrid bien rodada. "Pero esta ciudad siempre impone un respeto especial", dice María. "Aunque sólo sea porque viene a verte tu madre", apostilla Verónica.

Adulterios, de Woody Allen. Teatro Maravillas. Manuela Malasaña, 6. A partir del 21 de agosto. www.teatromaravillas.com

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Sobre la firma

Javier Vallejo
Crítico teatral de EL PAÍS. Escribió sobre artes escénicas en Tentaciones y EP3. Antes fue redactor de 'El Independiente' y 'El Público', donde ejerció la crítica teatral. Es licenciado en Psicología, en Interpretación por la RESAD y premio Paco Rabal de Periodismo Cultural. Ha comisariado para La Casa Encendida el ciclo ‘Mujeres a Pie de Guerra’.

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