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"Me quedo sin piso y con una deuda de 200.000 euros"

El impago de hipotecas aboca al drama del desahucio

La historia de Napoleón y María es uno de los dramas que viven muchas familias: no pueden hacer frente a la hipoteca porque se han quedado sin trabajo. El pasado jueves vieron como se subastaba su piso y, además, les quedaba una deuda inasumible con Caixa Terrassa, la entidad con la que firmaron la hipoteca. "Me quedo sin piso, con una deuda de 200.000 euros y un sello en la frente que dice que no puedo hacer ningún tipo de transacción en la vida en España", afirma resignada María. Ambos son ecuatorianos.

A su marido se le hace una montaña pensar en las otras deudas. "Hay muchos gastos, facturas, la educación de nuestros hijos. La verdad, no sé cómo lo vamos a hacer", afirma Napoleón intentando contener las lágrimas. Su drama se inició, aunque entonces no lo sabían, en septiembre de 2006, cuando compraron un piso en Sabadell y pidieron una hipoteca de 238.000 euros. Lo que un principio era una cuota de 800 euros mensuales aumentó hasta 1.250 en julio de 2008, justo en el momento que Napoleón se quedó sin trabajo. Él es autónomo e instala sistemas de aire acondicionado y calefacción, y su mujer, que tenía dos empleos, perdió uno de ellos y pasó a tener un sueldo de 700 euros mensuales. La pareja dejó de pagar el crédito siete meses y en enero pasado, cuando su situación económica remontó algo, intentaron ponerse al día en el pago de la cuota. En es momento ya era de 1.450 euros. Su oficina de la caja les comunicó que para ponerse al día deberían pagar dos cuotas mensualmente: 2.900 euros. Ante la imposibilidad de hacerlo, la entidad llevó a cabo la ejecución de la hipoteca y subastó el piso. No hubo postores y la caja se quedó la vivienda por el 50% de su valor. El resto, 120.000 euros, más 73.000 de intereses y costas, deben asumirlo ellos.

Asesorados por la Plataforma Afectados por la Hipoteca, presentaron al director de la oficina

una carta en la que pedían la dación de pago -liquidar la deuda al dejar el piso- o que les permitieran continuar viviendo en su hogar en régimen de alquiler. La entidad argumenta que "no todos los casos se pueden solventar y éste es uno de ellos". La asociación asegura que la ley "deja indefensos a los usuarios y protege a las entidades". Cuando se apruebe el Plan de la Vivienda 2009-2012, la Generalitat podrá actuar de avalador de las familias que no puedan asumir la hipoteca y conviertan su contrato en uno de alquiler. Mientras, a la pareja sólo le queda esperar que la entidad les ofrezca una salida o el desahucio.

Napoleón y María, junto a sus hijos, en su piso de Sabadell.
Napoleón y María, junto a sus hijos, en su piso de Sabadell.JOAN SÁNCHEZ

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