Gobierno: ¿el fin del secreto?
La Administración de Barack Obama está a punto de cumplir seis meses y ya tenemos elementos para entender la base de su estrategia en materia de gobierno electrónico.
Después de ganar las elecciones en buena medida gracias al uso de las TIC, el nuevo presidente se propone usarlas para cambiar la forma de gobernar. Cuando tomó posesión de su cargo prometió transparencia y participación en el documento Transparencia y gobierno abierto, publicado en WhiteHouse.gov.
Concretar tales intenciones no resulta fácil por razones que van desde limitaciones de recursos hasta la cultura burocrática dominante. Sin embargo, dos presentaciones durante la conferencia Personal Democracy Forum, en Nueva York, dan a entender la determinación del equipo de Obama de trastocar siglos de secretismo gubernamental.
Vivek Kundra, responsable de tecnología del Gobierno federal, reveló la implantación de una clasificación de control de los gastos en materia de TIC. Gráficas fáciles de entender permiten ubicar rápidamente los proyectos que van bien y los que no. Cada uno viene acompañado de una foto del responsable y de los datos que permiten contactar con él.
Para fundamentar esa política, Kundra explicó que el Gobierno federal destina 70.000 millones de dólares a TIC, de los cuales 30.000 están mal gastados. "Uno de los mayores retos consiste en cerciorarse de que las inversiones hechas dan los resultados prometidos". El único hecho de anunciar a los responsables de la informática gubernamental que la regla dejaba de ser el secreto hizo que inmediatamente empezaran a presentar mejor la información.
La misma concepción está siendo aplicada en el sitio Data.gov. Empezó con 47 conjuntos de datos en mayo y rebasó los 100.000 a las seis semanas. Kundra y su equipo están convencidos de que si publican los datos y dan algunas herramientas para utilizarlos, la ciudadanía, las ONG y las empresas harán cosas interesantes con ellos que se traducirán en mejoras en la forma de gobernar. La audiencia, formada por algo más de mil activistas, funcionarios y periodistas, lo aclamó de pie.
Autora de Wiki Government (Gobierno Wiki) Beth Noveck es la número dos de Kundra. Su cometido es mejorar la participación, que la gente contribuya con ideas. Para ello ha creado un sitio abierto en la web de la Casa Blanca. Tiene un blog donde la gente puede opinar y votar las múltiples propuestas gracias a MixedInk.com un espacio Wiki. Muchas no son serias o pueden ser fuentes de problemas, como la que pide la legalización de la marihuana. Pero algo profundo está pasando. "Hemos visto sugerencias enormemente meditadas que ningún grupo pequeño de la Casa Blanca hubiera podido producir", dice Noveck.
El proceso va a tomar su tiempo, pero "se trata de cambiar la forma como trabaja el Gobierno y toma decisiones. Podemos crear un movimiento viral que abra realmente el Gobierno".
Los riesgos son considerables, y los errores, probables. Kundra y Noveck lo reconocen, pero lo hacen a lo Google, en versión beta: aplican el precepto según el cual aceptar el error alienta la innovación y que es mejor equivocarse pronto para corregir rápido.
Queda por saber quién hace qué con esos datos. Erick Schonfeld, de Tech Crunch, reconoce que en teoría el público tendrá mejor acceso a datos que los grandes lobbies manejan desde hace tiempo. Insiste, sin embargo, en que estos últimos todavía tendrán más herramientas para ejercer presión.
Se abre un nuevo espacio de confrontación donde los poderosos de siempre seguirán ejerciendo su poder; pero la apertura puede ser usada por jóvenes empresas y grupos de acción política y social que no participaban del juego tradicional. La potencia perturbadora de la tecnología llega al corazón del poder político.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.