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Los empresarios piden "menos dirigismo" para el patrocinio

El Congreso de Economía y Cultura acaba sin conclusiones

"La actual ley de incentivos fiscales es muy dirigista porque sólo permite desgravaciones en casos muy especiales, casi todos relacionados con eventos deportivos o grandes eventos, y lo que nosotros propondremos es que las empresas puedan decidir a qué quieren destinar su patrocinio con la supervisión de las cámaras de comercio, como sucede en Francia", explica Pere Vicens, presidente de la comisión organizadora del Congreso de Economía y Cultura, que se clausuró ayer en Barcelona. De momento, señaló Vicens, la Cámara de Comercio de Barcelona trabaja en un documento, que espera poder hacer público en otoño, en el que pedirá al Gobierno que las empresas que quieran puedan destinar el 5% de sus impuestos por beneficios a patrocinio.

La Cámara de Comercio reclama una nueva ley de mecenazgo

Vicens -que reconoció que la ley debería llamarse, en todo caso, de patrocinio porque el mecenazgo es otra cosa y las empresas no son "hermanitas de la caridad"- puso como ejemplo el modelo francés. Según Robert Fohr, responsable de mecenazgo del Ministerio de Cultura francés, el resultado de la ley que aprobaron en 2003 ha sido positivo porque "prevé desgravaciones del 60% para empresas y del 65% para particulares, y eso ha permitido aumentar mucho el patrocinio incluso ahora, en estos momentos de crisis". Fohr afirmó que del conjunto del presupuesto destinado a patrocinio de las empresas francesas, el 30% se dedica a cultura, lo que, según un estudio realizado por la asociación Admical, supuso la inversión en 2008 de 1.000 millones de euros. Con todo, la inversión conjunta de las administraciones públicas francesas es mucho mayor y asciende a 12.000 millones de euros.

El congreso finalizó ayer con dos debates sobre los temas clave en esta relación entre cultura y economía. Uno fue, precisamente, el del mecenazgo y la búsqueda de nuevas maneras de financiación. El otro fue el del espinoso asunto de los derechos de autor. Sobre este último punto, Francis Gurry, director general de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, considera que la piratería "es una epidemía global" que no puede dejarse sólo a la autorregulación del mercado y aboga por una intervención pública y coordinada a nivel internacional. Para Gury, el problema es que las innovaciones tecnológicas van más rápido que la reflexión sobre qué hacer para asegurar la financiación de la producción cultural. "Hay que actuar de manera urgente, porque si no será el mercado el que decida. Y miremos lo que ha pasado con la crisis financiera".

Es una urgencia que no aparece en las conclusiones del congreso. La resolución final se limita a pedir al Gobierno español que cree una comisión interministerial de economía y cultura para debatir estos problemas que afectan a distintos departamentos (Justicia, Industria, Hacienda, Cultura, Fomento...), solicitar al Gobierno catalán que incluya a las industrias culturales en sus planes estratégicos y emplazarse para un nuevo congreso el año que viene.

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