Pascual adelgaza por la marca blanca
Ha cerrado las plantas de Montauban y Lugo, y negocia una salida para la de Barcelona
Los excedentes de leche en todos los países comunitarios; la crisis económica con la caída de la demanda; los bajos precios y, sobre todo, el rodillo de la marca blanca o de la distribución sobre las marcas del fabricante, no sólo se ha traducido en los últimos meses en graves problemas para los ganaderos. Los efectos negativos también se están dejando sentir sobre las marcas propias de los fabricantes, que han visto cómo se reducían drásticamente sus ventas, sobre todo en los grupos que habían hecho una mayor apuesta marquista.
En los últimos siete meses, las marcas de la distribución en leche han pasado de suponer el 47% del mercado a significar el 55%, lo que equivale a crecer igual que en los seis años precedentes. El escenario se repite en el sector de los productos derivados, donde la marca de la distribución ya supera el 40%. Esta situación se suma al recorte habido ya en el último año de las ventas de leches especiales o enriquecidas, que perdieron un 7% de cuota de mercado y que siguen una línea de caída.
El objetivo actual del grupo es concentrar toda la actividad en la planta de Aranda
La marca barata de la distribución pone en riesgo la de los fabricantes
El grupo Leche Pascual con el fundador Tomás Pascual a la cabeza, fue una de las empresas alimentarias que más apostó por la marca, con unos gastos en publicidad que se estimaban en unos 0,06 euros por litro comercializado. Hoy, el grupo arandino es igualmente uno de los mayores afectados por los precios y los cambios en la demanda. Para el director de la Federación Nacional de Industrias Lácteas, Luis Calabozo, es un problema que está afectando, en mayor o menor medida, a todo el sector, según reconoce también el director de Central Lechera Asturiana, Pedro Astals. En el caso Leche Pascual, este escenario ha obligado al grupo a poner en marcha una política de ajustes, ante la existencia de un excedente de instalaciones.
Leche Pascual, con una facturación superior a los 1.000 millones de euros, es uno de los principales grupos españoles en el sector alimentario. En el lácteo ocupa el segundo lugar, por detrás de Corporación Alimentaria Peñasanta, con unas ventas de unos 700 millones y una cuota de mercado que en 2007 era de casi el 10% bajo su marca Pascual, frente al 15% de Central Lechera Asturiana.
Hoy, las ventas bajo la marca Pascual se estima que han experimentado un importante recorte, mientras el hundimiento ha sido mayor para su segunda marca, PMI, que estaba más introducida en los canales de Horeca.
En periodos de expansión, el grupo adquirió a Puleva una planta en la localidad francesa de Montauban que sólo se utilizó en su momento como una plataforma para el suministro de leche, pero no para entrar en un nuevo mercado. La planta tuvo que cerrarse por su falta de utilidad para el grupo y la dificultad para encontrar un comprador tras fracasar los contactos con Kaiku y con grupos franceses.
En España, el grupo se instaló en Galicia, en Outeiro do Rei, en Lugo, con el apoyo de la Xunta de Galicia, pasando de tener un punto de recogida a montar una planta de elaboración y transformación, dando empleo a más de 150 personas. La caída de las ventas de leche en los últimos meses se ha traducido en el cierre de la planta, donde sólo queda un grupo de trabajadores para tareas de mantenimiento. La recogida de la leche pasará a manos de la empresa gallega Lácteos Lence, marca Río, de Jesús Lence, aunque una parte de la recogida de leche pasaría a ser transformada en la planta de Aranda, que es donde en el futuro se pretende concentrar el grueso de la producción. La salida para la planta sería la venta a otro grupo lácteo, probablemente gallego.
En el sector de la leche, como respuesta a un boicoteo planteado desde Cataluña contra la compra de todos los productos Pascual, el presidente respondió con la puesta en marcha en Gurb, en Barcelona, de una industria moderna que supuso una inversión de 90 millones de euros. Hoy, sobre el futuro de esa planta, en el seno del grupo también se manejan diferentes interrogantes, y una de las salidas posibles podría ser igualmente una venta, aunque la misma estará en función de lo que se haga con la de Lugo.
El grupo mantiene la planta en Cantabria, donde se han ejecutado mejoras para la marca Frixia con posibilidad de aumentar ventas en leche en botella.
El objetivo del grupo es concentrarse en los cuarteles de invierno de Aranda, donde en los últimos años se han invertido 145 millones para ampliar instalaciones destinadas a la fabricación de yogures pasteurizados, así como para la fabricación de bebidas de soja y otras funcionales.
Para Tomás Pascual Gómez-Cuétara, la realidad es que las segundas marcas tienen un escaso futuro frente a la política de marcas de la gran distribución. A pesar de ello, el grupo contempla en el futuro mantener sus campañas en apoyo de la marca propia.
Tejer y destejer
El apoyo a la marca propia y la diversificación han constituido históricamente los dos ejes de la política y del éxito del grupo Leche Pascual. Esos mismos ejes que en su día dieron los triunfos son hoy una de las causas de los problemas. En el caso de la marca propia, por el auge de las marcas baratas de la distribución. En lo que afecta a la diversificación, por la dificultad de un solo grupo para mantener frentes abiertos en muchos sectores ante firmas líderes.
El actual repliegue de Leche Pascual en el sector de la leche, donde tiene una posición casi de coliderazgo, no es una situación nueva en el seno del grupo, donde a inversiones de éxito, como es el caso del agua, también se suman algunos reveses.
En el sector de los zumos, el grupo ha llevado a cabo inversiones de unos 120 millones de euros para la puesta en marcha de la planta en Palma del Río, en Córdoba, para la producción de zumos recién exprimidos, así como en inversiones en el cultivo. En la actualidad, la parte de planta de envasado ha sido arrendada al grupo holandés propietario de Refrescos Iberia, dedicado exclusivamente a venta de la marca blanca.
El grupo arandino inició en su día la diversificación con la producción de cereales expandidos en Valladolid. La experiencia tuvo una vida corta y en la actualidad la planta está arrendada al grupo Seda Soluble, propiedad de la familia de Luis Serrano, anteriores propietarios de Navidul antes de ser adquirida por Campofrío.
Leche Pascual hizo una gran apuesta en inversiones dentro y fuera de casa, instalaciones y publicidad para introducir en el mercado los yogures después de la fermentación, en lugar de optar por denominar a los mismos simples postres lácteos. La apuesta no ha funcionando ante el peso de los grandes grupos del sector y la imagen del yogur tradicional de siempre.
Junto a la leche, las bebidas funcionales, zumos y, sobre todo, el grupo de aguas, con Bezoya a la cabeza, constituyen hoy los activos más importantes del grupo, al margen del negocio inmobiliario, que parece no ha sido tocado por la crisis.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.