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Necrológica:
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Jack Jones, sindicalista y brigadista

En 1974, los británicos le consideraron el hombre más poderoso del país

James Larkin Jack Jones, el más poderoso sindicalista británico de su tiempo y brigadista internacional, nació el 29 de marzo de 1913 en York Street, en Garston, uno de los barrios más humildes del sur de Liverpool, junto a las aguas del río Mersey. Pasó su infancia en una vivienda infestada de ratas, cucarachas y piojos, sin gas ni electricidad, iluminada con candelas y compartida por una madre y cinco niños en dos dormitorios. Un fuego de carbón ayudaba a calentar el agua en la que la familia se bañaba una vez a la semana.

La pobreza de sus primeros años le ayudó a forjar un espíritu obrerista y de justicia social que no le abandonaría jamás. A los 14 años dejó la escuela y empezó a trabajar en una fábrica auxiliar de la industria naval, donde descubrió el sindicalismo y se alistó al Partido Laborista. Cuando la compañía quebró, pasó a trabajar en los muelles de Liverpool.

Fue en aquellas reuniones políticas donde empezó a oír hablar de la guerra en España y acabó alistándose como voluntario en las Brigadas Internacionales para ayudar a la República. Herido de cierta gravedad en el frente del Ebro, Jack Jones fue repatriado al Reino Unido tras ser hospitalizado en Barcelona.

En la guerra de España conoció a Edward Heath, entonces un joven militante del Partido Conservador británico que llegaría a ser primer ministro. "Era muy simpático e hicimos una buena amistad", rememoraba Jones en su última entrevista, concedida al historiador Max Arthur. "Era siempre muy amistoso, mucho más que algunos en el Partido Laborista. Lo digo ahora porque entonces no lo hubiera dicho: me identificaba más con Ted Heath que con

[el también primer ministro, pero laborista] Harold Wilson, por ejemplo".

La Guerra Civil española le dejó una profunda huella, como admitió en una entrevista con Juan Cruz para este diario en 1976, cuando se disponía a volver a España por primera vez en 38 años: "Siempre sostuve, desde que a los 23 años fui concejal de Liverpool, que la gente humilde tiene derecho a una vida decente, a una vida democrática y libre, y para ello había que proporcionarles los elementos necesarios, porque la democracia y la libertad no son palabras únicamente. Mi experiencia española me ayudó a proseguir esa lucha aún con mayor énfasis. Yo fui allí para combatir por la libertad y los derechos de la clase trabajadora".

En 1939 ya era responsable de distrito del Sindicato General de Trabajadores del Transporte, del que ascendió a asistente del secretario general nacional en 1963 y a líder en 1969, con 55 años. Su influencia en el sindicalismo británico era inmensa en aquel tiempo, unos años en los que los sindicatos tenían un poder o al menos una influencia comparable a la del Gobierno. En una encuesta en 1974 los británicos le consideraron el hombre más poderoso del país, por delante del primer ministro Harold Wilson.

Gran muñidor de pactos sociales, suave y articulado en las formas, sus adversarios le respetaban por su rapidez mental y su lógica persuasiva, por su capacidad para ser al mismo tiempo duro y flexible.

Cuando dejó el liderazgo sindical en 1978, Jack Jones declinó la oferta del premier laborista James Callaghan de entrar en el Gobierno y no quiso aceptar tampoco un escaño en la Cámara de los Lores. Sí aceptó, en cambio, la distinción de Compañero de Honor que le ofreció la reina, por considerar que era más un reconocimiento al sindicato que un premio personal.

Desde su jubilación se consagró a defender los derechos de los pensionistas y jamás se desligó de los veteranos que como él combatieron por la República en la Guerra Civil española. Jack Jones falleció el 21 de abril, a los 96 años.

Jack Jones, en 1976.
Jack Jones, en 1976.EP

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