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Doble fiasco del mascarón de proa del turismo

El primer gran hito urbanístico del Consell del PP, que iba a cambiar la fisonomía de Benidorm y de La Marina Baixa, se ha convertido, tras una década de actividad, en un doble fiasco: urbanístico y económico. El parque temático Terra Mítica de Benidorm, proyectado por el ex presidente de la Generalitat Eduardo Zaplana como el mascarón de proa del turismo valenciano, ha derivado en una fábrica de deudas sin respuesta a las expectativas de los hoteleros de la zona. Sin embargo, la Generalitat, que desde que decidió impulsar la idea no ha encontrado un inversor privado capaz de asumir el liderazgo, insiste en buscar la forma de dar viabilidad al parque. Un plan para el que cuenta con el apoyo de la CAM y Bancaixa. Los tres poseen el 60% de las acciones.

El parque abrió al público en julio de 2000. Los cuatro primeros años estuvieron marcados por pérdidas constantes. La crisis financiera del complejo obligó a la suspensión de pagos. La empresa presentó una deuda de 218 millones de euros que le reclamaban 500 acreedores y pérdidas acumuladas de 120 millones. El consejo salvó la quiebra con la venta de su reserva de suelo para uso hotelero y residencial, que le reportó una inyección de 85 millones.

Tras un período transtorio de beneficio operativo, en los ejercicios 2006 y 2007, las alarmas volvieron a encenderse. El director general, John Fitzgerald, que tomó el timón económico de la empresa en 2001, dio la espantada el pasado mes de marzo. La dimisión del ejecutivo norteamericano era la antesala de que Terra Mítica retornaba a la senda de los números rojos. El consejo de administración confirmó, unas semanas más tarde, el negativo augurio. El parque cerró 2008 con 15 millones de euros de pérdidas y un descenso del número de visitantes del 10% respecto a 2007, cuando pasaron por el complejo 1,01 millones de personas.

El trasfondo de esta sangría económica ha sido el sobrecoste de su construcción (la obra se presupuestó en 270 millones, pero alcanzaron los 377). Este sobrecoste está en la base de una trama de facturas falsas que ha motivado una investigación judicial y la imputación de empresarios y directivos del complejo, entre ellos, el ex presidente Luis Esteban.

Los hoteleros y el PSPV, en un ejercicio de pragmatismo, reclaman que Terra Mítica se convierta en un parque de atracciones.

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