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El presidente pide a los jóvenes musulmanes superar los estereotipos sobre Israel y EE UU

Antonio Caño

Barack Obama pidió ayer a los jóvenes musulmanes y judíos superar los estereotipos y mirarse mutuamente con mayor generosidad y más voluntad de entendimiento. A los musulmanes les pidió también "olvidar los prejuicios sobre EE UU impuestos por la televisión y las películas".

Sólo de esa forma será posible romper el statu quo del enfrentamiento palestino-israelí, "insostenible para ambos", según el presidente estadounidense, y avanzar hacia una solución. En ese conflicto, según Obama, "se tiende a extender estereotipos o a echar la culpa al otro". "Entre los musulmanes se tiende a pensar que toda la culpa es de los israelíes. Igual les digo a mis amigos judíos, que tienen que ver la perspectiva de los palestinos".

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Profundizando en su mensaje de reconciliación, un día antes, hacia el islam, el presidente estadounidense prometió ayer hacer todo lo que esté en su mano para resolver el principal problema de Oriente Próximo. "La situación actual no es sostenible para ninguno. Para Israel, porque el aumento del radicalismo lo hace más inseguro; para los palestinos, porque no pueden obtener el desarrollo económico que necesitan", aseguró. Obama dijo que su Gobierno no iba a dictar a israelíes y palestinos la mejor solución para ellos, pero sí se iba a involucrar intensamente en la negociación para obtener "la paz a través de dos Estados independientes".

Éste fue uno de los asuntos que, en el último día de su gira europea, le plantearon a Obama un grupo de jóvenes turcos con los que se reunió en una sesión abierta de preguntas y respuestas en Estambul. El presidente comprobó las sospechas y recelos que aún subsisten en esta parte del mundo hacia él y hacia EE UU.

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Uno de los participantes le manifestó que, aparte del diferente lenguaje, la política estadounidense es la misma ahora que bajo la presidencia de George W. Bush y que, en realidad, no había tanta diferencia entre ambos. "Eso lo dirá el tiempo", le contestó Obama, quien recordó algunos cambios hechos por su Gobierno y pidió paciencia para esperar más. Admitió, no obstante, que sigue considerando al terrorismo de Al Qaeda como una amenaza y aseguró que no se retirará de Irak precipitadamente. "Imagino que algunos habían pensado que, puesto que yo me opuse a la guerra, saldríamos de Irak inmediatamente. No es así. Yo quiero hacerlo de forma responsable", declaró.

Otro joven puso en duda que las promesas de Obama, como la de acabar con las armas nucleares, sean alcanzables alguna vez. "No soy un idealista", respondió, "sé que cosas como ésa van a llevar tiempo". Contó que, en su reciente entrevista con el presidente ruso, Dmitri Medvédev, habían reparado en el hecho de que ambos habían crecido políticamente después de la guerra fría, por lo que no se veían automáticamente como enemigos. Y aseguró que esa actitud hace más posible avanzar en asuntos como el desarme. "La actitud solamente no va a cambiar las cosas, por supuesto. Pero hay que ponerse en marcha para poder avanzar", dijo.

Obama insistió en que no cesará de promover la incorporación de Turquía a la UE, "aunque no esté de acuerdo mi amigo [Nicolas] Sarkozy". "Creo que puedo opinar de la política europea, como los europeos opinan de la política estadounidense", afirmó.

Este encuentro con los jóvenes fue el broche de un viaje que ha representado un balón de oxígeno para la imagen de EE UU. Una estudiante le dijo ayer a Obama que, antes de su elección como presidente, sentía vergüenza de EE UU y que esa vergüenza se ha transformado ahora en orgullo.

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