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Los escándalos que salpican al PP

Rajoy defiende la inocencia de todo el PP pero Camps evita acudir a Madrid

"Este partido no se hunde nunca", dice el líder popular, que ve cerca el fin de Zapatero

Carlos E. Cué

Por mucho que lo intenta, Mariano Rajoy no logra que el interés informativo y los comentarios internos en su partido se centren en su innegable éxito electoral en las gallegas. Las constantes novedades de la trama corrupta en la que están implicados hasta 15 dirigentes del PP le obligan en cada discurso a dedicar unos minutos al asunto. Y ayer, en la Presidencia del PP, el principal órgano del partido, con casi 500 miembros, tuvo que hacerlo de nuevo.

El acto se había diseñado como una consagración del éxito de Rajoy, convencido ahora de que el ciclo del PSOE está tocando a su fin. El líder del PP tenía todo un discurso preparado sobre ese asunto, con la tesis de que, frente a las "operaciones ideológicas" de Zapatero, el PP está "pegado a la calle" y por eso ha ganado en Galicia. Incluso aseguró que ese éxito demuestra que "el PP no se hunde nunca y es el partido más fuerte de España".

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Sin embargo, de nuevo, la sombra de la corrupción apareció. Y Rajoy trató de despejarla con la presunción de inocencia, la única defensa que ha encontrado hasta ahora frente al aluvión de detalles en los sumarios de Garzón, que han provocado ya la dimisión de tres alcaldes y la suspensión temporal de 13 militantes, todos los implicados menos Francisco Camps y Ricardo Costa.

"Este partido no se ha financiado ilegalmente, ni ha recibido un euro de las personas detenidas. Quiero que se sepa", insistió Rajoy. "No somos inquisidores y afirmamos la presunción de inocencia. Vamos a defender la honorabilidad del PP y de sus militantes, inocentes mientras no se demuestre lo contrario. Y si se probara que algún militante ha hecho cosas que no son aceptables, actuaremos en consecuencia".

Entre los asistentes, sin embargo, mucho más comentadas que las palabras de Rajoy era la ausencia de Camps, que decidió a última hora no acudir a Madrid, rompiendo así con su tradición de estar en todos los actos importantes del partido. Camps evitó así la presión de los medios en la capital, después de la publicación por EL PAÍS de la entrevista con el sastre, que le incrimina, y se refugió en la protección de los empresarios valencianos.

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Sin embargo, aunque Rajoy no le citó, Dolores de Cospedal sí lo hizo al enviar un mensaje de solidaridad a los populares "perseguidos y amenazados", que recibió un gran aplauso.

Rajoy también atacó a Garzón, anunció que el PP volverá a recurrir al Poder Judicial para pedir amparo y repitió la tesis de que la fiscalía y la policía actúan con saña contra los populares -a pesar de que es la fiscalía, en contra del criterio de Garzón, quien ha señalado que no ve suficientes pruebas para pedir la imputación de Luis Bárcenas, el tesorero del PP-. Los populares presentarán hoy un escrito ante el fiscal contra el sastre porque, según este partido, ha revelado secretos del sumario al conceder una entrevista a EL PAÍS. Además, pide que actúen contra Garzón por haber interrogado al sastre después de haberse inhibido en el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana.

De Cospedal, Rajoy y Moragas, ayer antes de la reunión.
De Cospedal, Rajoy y Moragas, ayer antes de la reunión.LUIS SEVILLANO

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