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Reportaje:

El Valencia, en un laberinto

Tres consejeros del club anuncian su dimisión y un grupo de accionistas pedirá la marcha de Soriano

"Sangre, sudor y lágrimas". Jaume Ortí, ex presidente del Valencia, recuerda las míticas palabras de Winston Churchill para atisbar un punto de optimismo en el futuro de su equipo. "Necesitaremos cinco o seis años para salir de esta situación", explica Ortí, una figura relevante del valencianismo. Su presidencia, desde 2001 hasta 2004, está ligada a los éxitos deportivos -dos Ligas y la Copa de la UEFA con Rafa Benítez-, además de un control del gasto derivado de la venta de Mendieta y de la austeridad en los fichajes. Pues bien, ahora, cuando la crisis deportiva del Valencia -sexto, a tres puntos de la zona Champions- es tan sólo una minucia comparada con la institucional, Mestalla vuelve a mirar a Ortí. Y a su alrededor, un grupo de accionistas se ha organizado para evitar la defunción del club.

El equipo no ha ganado ningún partido desde que los jugadores dejaron de cobrar

La idea es buscar una regeneración. Hablar claro a los aficionados. La cruda realidad de una sociedad que debe más de 450 millones. Dejarse de triunfalismos y fantasmadas. Reunir el 5% de los títulos para convocar una junta de accionistas y, después, presentar ante un juez una acción de responsabilidad social contra la gestión del actual presidente, Vicente Soriano, y la del anterior, Juan Soler. El primer accionista, Soler, con cerca del 40%, llevó el club a la ruina en cuatro años de mandato, y el segundo, Soriano, con el 10%, ha fracasado, en seis meses, en el desarrollo de un plan de viabilidad. Así, el citado grupo pretende ganarse el apoyo del principal acreedor del Valencia, Bancaja, al que se adeudan 240 millones, avalados por el terreno del viejo Mestalla, cuya venta frustrada es la gran losa en la credibilidad de Soriano. Este colectivo de accionistas también intentará recuperar el respaldo de la Generalitat, tan entregada a Soler entonces y tan fría ahora con Soriano. Fría en parte porque Soriano no era su elegido para sustituir a Soler, sino Juan Villalonga; en parte porque bastante tiene con lo suyo el presidente del Consell, Francisco Camps, salpicado por la trama de corrupción que investiga el juez Baltasar Garzón.

El consejo de administración del Valencia se reúne mañana y tres consejeros, Benjamín Muñoz, Ana Julia Roselló y Antonio Olmedo, ya han anunciado que dimitirán. Todos ellos son afines a Soler. "No quiero verme metido en una situación económica tan grave", dijo ayer Muñoz.

Al carecer de un aval, el contrato que Soriano firmó la semana pasada con Mediapro por la venta de los derechos televisivos por cinco años no le ha servido para pagar ni la mitad de las fichas de la plantilla (15 millones) ni las últimas obras en el campo nuevo (14 millones). Los trabajos se han interrumpido y los jugadores no han ganado ni uno de los seis partidos disputados desde que supieron que no iban a cobrar: dos empates y dos derrotas en la Liga, y dos empates ante el Dinamo de Kiev que supusieron la eliminación de la Copa de la UEFA. "Por la cabeza se te pasan millones de cosas", dijo ayer Joaquín sobre los impagos. Los futbolistas se niegan a establecer una relación directa entre su bajo rendimiento y la falta de cobro. Los resultados indican lo contrario.

La desconfianza hacia Soriano se extiende en el vestuario, que acumula pésimas estadísticas. La última dice que el Valencia ha recibido tantos goles en casa en 13 partidos, 21, como los que recibió en 19 en la temporada que bajó a Segunda, la de 1985-86. Es el segundo equipo que más tantos cede en su estadio, tan sólo por detrás del Sporting (24). Mestalla clama por un relevo generacional que no llega por la falta de dinero para fichar y la poca confianza en la cantera, en la que el filial está a un punto del descenso en el Grupo III de Segunda B. El público pide la jubilación de Albelda y Baraja, una pareja titular en los últimos ocho años, y la entrada de jóvenes como Michel, que jugó la última hora frente al Valladolid, el domingo, en un conato frustrado de remontada (1-2). El Valencia no ve la salida del callejón.

César, Baraja, Albiol y Marchena (de izquierda a derecha), el pasado domingo tras uno de los goles del triunfo del Valladolid en Mestalla.
César, Baraja, Albiol y Marchena (de izquierda a derecha), el pasado domingo tras uno de los goles del triunfo del Valladolid en Mestalla.AFP

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