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La ofensiva terrorista

Los ataques verbales anunciaron el atentado etarra

Como suele ser habitual en ETA, a los avisos y amenazas previos -que tienen también la finalidad de ir preparando a sus adeptos para lo que vaya a venir-, sucede el zarpazo de la violencia. En el caso de EITB se produce otro de los saltos cualitativos conocidos también en la trayectoria de la organización terrorista. Aunque los medios de comunicación no afines han estado en su punto de mira desde siempre y los atentados contra informadores y empresas periodísticas se han multiplicado desde la ruptura de la tregua de 1999, el ataque contra la nueva sede de la radio y televisión autonómica ha tenido un impacto particular en la sociedad vasca.

El azar ha querido que varias empresas periodísticas que ya han sufrido el acoso terrorista compartieran el mismo edificio, con lo que la organización extiende al conjunto de la prensa en Euskadi su pretensión intimidatoria. En el caso de los medios del ente público Euskal Irrati Telebista (EITB), puesto en marcha en 1983, las primeras críticas de ETA comenzaron a expresarse en 2003, una vez constatado el fracaso de la experiencia de acumulación de fuerzas nacionalistas de Lizarra. Se trasladaron en cartas remitidas a directivos y periodistas del ente -lo integran ahora las cadenas ETB-1 (euskera), ETB-2 (castellano), ETB-3 (digital en euskera) y ETB Sat, y las emisoras Radio Euskadi y Euskadi Irratia, además de su página web-, en las que se censuraba con dureza la línea informativa y editorial ante la izquierda abertzale.

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Presencia 'abertzale'

Paralelamente, sin embargo, los partidos no nacionalistas han criticado el escoramiento informativo y terminológico -apreciado con mayor intensidad desde el Pacto de Lizarra- de los programas del ente público. Hasta hace muy poco, la presencia de dirigentes de la izquierda abertzale, incluso una vez ilegalizadas sus plataformas políticas, ha tenido una frecuencia casi semanal en programas de entrevistas y debate de sus medios, en los que no faltan nunca representantes de esa sensibilidad.

Los ataques verbales se reprodujeron un año más tarde en los boletines internos (zutabe) y fueron intensificándose hasta llegar al punto previo al atentado. Éste se ha dirigido finalmente contra la moderna sede que concentra desde hace un año a los principales servicios del ente público, que cuenta con un presupuesto de 203 millones de euros para este año, de los que 154,9 son aportados por el Gobierno vasco. Por azar o por cálculo, al golpear a EITB por vez primera, ETA ha vuelto a atacar a otros medios que califica de españolistas y "enemigos" que tienen sus redacciones en el mismo edificio.

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