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Reportaje:

Una 'Medea' incómoda

Magda Puyo dirige en el teatro Romea la versión del mito clásico escrita por el dramaturgo belga Tom Lanoye

Amor y desamor. Civilización y barbarie. Femenino y masculino. Mundo mítico y mundo contemporáneo. El contraste y la tensión entre contrarios enmarcan la versión de Medea realizada por el dramaturgo belga Tom Lanoye. Su Mama Medea se estrena hoy y se verá hasta el 1 de febrero en el teatro Romea, dirigida por Magda Puyo. La Grecia clásica y el Occidente actual ubican en dos partes la acción de esta historia, entroncada con la problemática de la inmigración en las sociedades occidentales. Roser Camí y Lluís Villanueva encabezan el reparto de la obra, interpretada por la compañía del teatro barcelonés.

"Hay mil versiones de Medea y yo escogí la de Lanoye porque es la más compleja, pero también la más atractiva", explica la directora. Y puntualiza que en realidad no puede hablarse de una versión, sino de una obra nueva a partir del mito. Para escribirla, el dramaturgo partió de Argonáuticas, de Apolonio de Rodas, y la tragedia Medea de Eurípides. Arranca con el apasionado encuentro de Jasón y Medea en la isla de Cloquida, adonde éste ha ido en busca del vellocino de oro, y concluye con el infeliz exilio de la pareja en Corinto. "La paradoja es que van de la barbarie a la civilización, pero es en la civilización donde encuentran la barbarie", continúa Puyo. Porque en Corinto, Medea es la extranjera, sufre el rechazo y se convierte en cabeza de turco para todo.

El tratamiento de cuento de la primera parte da lugar al drama en la segunda. Los personajes, vestidos con ropas contemporáneas, van abandonando progresivamente el lenguaje metafórico, en verso libre, para adoptar un habla más directa y práctica. La historia inicialmente lejana se va acercando a la realidad, pudiendo incluso resultar algo incómoda. "Si te la dejas dar, la obra te da una pequeña patada", indica la directora, en cuya opinión "el teatro son emociones que te trastocan y te hacen pensar".

Mama Medea coincidirá en la cartelera barcelonesa con otra obra de Lanoye, Mefisto for ever, escrita a partir de una novela de Klaus Mann. El montaje, dirigido por Guy Cassiers, aborda el ascenso del partido nazi al Gobierno alemán desde el punto de vista de un actor. Tras el despido del director del teatro en el que trabaja, ocupa su puesto y le alcanza de lleno la dialéctica entre el arte y el poder. La pieza, interpretada por la compañía belga Toneelhuis, se verá en el Teatre Lliure el jueves y viernes próximos.

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