El Ayuntamiento cierra La Riviera
El local funciona como discoteca sin licencia y los vecinos se quejan del ruido - Orden de clausura para otros tres locales más en la capital
Después de conocerse las infracciones y denuncias que acumulaba la discoteca Balcón Rosales, donde falleció el joven Álvaro Ussía, el Ayuntamiento decidió cerrar ayer cuatro locales más: el Moma, en la calle de José Abascal; But, en la plaza de Barceló y La Riviera, en el Paseo Virgen del Puerto.
Esta última, una de las más conocidas de la capital, no tenía licencia de actividad para funcionar como tal. El local, que acoge más de un centenar de conciertos, tiene licencia de 1964 para la actividad de café bar, restaurante y sala de baile. Pero lo que nació como un pequeño negocio se convirtió en una de los locales con más actividad musical de la ciudad. Tiene más de 1.500 metros cuadrados, siete barras para servir copas y un aforo de 2.500 personas que en ocasiones se queda pequeño.
Los vecinos del paseo de la Virgen del Puerto no se quejan de la actividad musical, pero sí de la discoteca. En los últimos dos años, han presentado más de 140 denuncias a la policía por molestias de ruido.
La Riviera figuraba desde hace años en la agenda de los aficionados a la música de todos los estilos. Si el domingo pasado recibía a Mattew Herbert Big Band, la formación orquestal de uno de los grandes artistas de la electrónica de vanguardia, mañana sábado los poperos catalanes Sidonie iban a despedir su gira nacional. En noviembre, la sala había programado, además de una fiesta, 11 citas musicales, tal y como publicitaba ayer su página web.
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