Los maestros de Terrassa denuncian la saturación de las aulas
"Que no nos diga el consejero que el curso comenzó con normalidad y sin incidencias, porque aquí los problemas se solucionan con la voluntad de los profesores, que como hormiguitas van arreglando las cosas". Mercè Ferré, profesora y representante sindical, se manifestaba así coincidiendo con la concentración que llevaron a cabo ayer medio centenar de profesores de los centros públicos de Terrassa (Vallès Occidental) para denunciar la falta de recursos humanos y materiales que sufren las escuelas públicas e institutos de esta ciudad y su área de influencia (Matadepera, Viladecavalls y Vacarisses). El profesorado avisa de la saturación de las aulas, que en muchos casos sobrepasa la ratio prevista por la Generalitat (25 escolares por aula en el caso de la Primaria y 30 en la Secundaria).
Este problema se agudiza, comentan los profesores, con la matrícula viva, que provoca que durante el curso se incorporen nuevos alumnos, normalmente inmigrantes que no hablan español o catalán. El problema es que en algunos centros "se han cerrado aulas de acogida y se han recortado los recursos, cuando hay escuelas que tienen hasta un 90% de diversidad cultural", añade la enseñante.
Los maestros también denuncian la falta de educadores especiales que atiendan a niños con necesidades educativas específicas. Otra de las reclamaciones hace referencia al material. Los maestros señalan que en algunos centros "no hay ni mesas ni sillas. Algunos centros han tenido que ceder mobiliario sobrante a otras escuelas. E incluso hay casos en que el mobiliario no se renueva desde hace 30 años", asegura Ferré. Otros centros de lo que carecen es de equipamientos, como el CEIP Francesc Aldea, que hace 20 años que reivindica un gimnasio.
Esta precariedad también afecta a las aulas informáticas, donde algunos equipos han quedado desfasados, pero "como no llegan los recursos desde el Departamento de Enseñanza, se depende de las aportaciones de las asociaciones de padres para renovarlos", afirma Mercè Ferré.
