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Entrevista:SOLEDAD CABEZÓN RUIZ | Secretaria Federal de Políticas de Igualdad del PSOE | Mujeres en vanguardia

Un corazón a la izquierda

El paisaje urbano que cada mañana se abre a los ojos de Soledad Cabezón Ruiz cuando se encamina al Ayuntamiento está cargado de símbolos religiosos. Camina por la calle de la Iglesia hasta la Plaza de España, presidida por una imagen de la Virgen del Rocío, frente a la ermita de La Soledad. A pocos metros, se levanta la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción.

La religión, durante muchos años, ha tenido gran influencia en el pueblo.

- Ahora, un poquito menos- dice la alcaldesa.

Soledad pone un cuidado exquisito a la hora de hablar del pasado de su pueblo. No quiere herir la sensibilidad de nadie. Pero los más de 20 años de gobierno de una derecha rural y la presencia masiva de lo religioso han dejado huella. "Hay cuatro hermandades y 3.000 habitantes", y las enumera con cuidado de no olvidarse de ninguna: La Soledad, la Veracruz, el Rocío y Sacramental. Las dos primeras celebran este mes sus fiestas anuales y las calles de media Albaida están engalanadas con banderas y arcos verdiblancos.

"Entiendo la política como un servicio al ciudadano, no como un puesto de trabajo"
"No podemos dejar que, por la crisis, las mujeres aborten de manera insegura"

Pero el pueblo ha cambiado. Hace cinco años, la cardióloga Soledad y un grupo de jóvenes profesionales le hicieron un trasplante de corazón a Albaida del Aljarafe: sustituyeron el azul por el rojo socialista. Ganaron la alcaldía por mayoría absoluta en 2003 y repitieron en 2007.

- Intento evitar calificativos peyorativos para definir el pasado, aunque la verdad es que la política que se hacía aquí era poco democrática. No me gustaría utilizar la palabra caciquil, pero...

Fue esa política muy de derechas la que hizo variar el rumbo vital de Soledad. Nacida hace 35 años en una familia trabajadora de fuertes ideas socialistas, había dedicado los mejores años de su vida a finalizar una difícil y larga carrera de medicina: once años, entre la carrera, el MIR y la especialidad, Cardiología. Trabajaba en el hospital Virgen del Rocío. Se había casado con otro médico y todo parecía indicar que su destino serían la medicina y la atención a su familia, marido y dos hijos.

Pero en su casa la política era el pan y postre de cada día. Su abuelo materno, Manuel Ruiz Ruiz, había sufrido la represalia franquista. Combatiente en el ejército republicano, durante siete años fue encarcelado primero y después enviado a trabajos forzados en el tristemente célebre Canal de los Presos, la obra hidráulica que transformó las tierras de secano del Bajo Guadalquivir en zona de regadío.

Cuando Soledad recuerda la triste historia del abuelo, no lo hace con rencor. Aunque en el fondo se adivine el dolor. ¿Qué opina de la decisión del juez Baltasar Garzón de pedir a ministerios, ayuntamientos y Conferencia Episcopal que faciliten datos sobre las fosas comunes?

- La izquierda no desea represalias. Sólo queremos saber qué pasó con nuestros familiares. No se trata de abrir heridas.

Pone el ejemplo de su pequeño pueblo sevillano: "aquí sabemos en qué bando estaba cada uno; la relación ahora entre los vecinos es natural y normal".

Tanto, que cuando esta joven menuda, que viste vaqueros, cruza la calle de la Iglesia camino de las nuevas dependencias municipales, las vecinas se le acercan y le plantean todo tipo de cuestiones.

- Soledá, que nos ha venío la barbaridá otra vez- le espeta una señora mayor, cargada con bolsas de la compra.

La barbaridá tiene forma de recibo del IBI. Le han cobrado como construido un solar. La alcaldesa le dice que acuda al Ayuntamiento y le harán un recurso.

Desde que Soledad y un grupo de jóvenes profesionales planearon el asalto a la alcaldía, su vida transcurría entre el hospital y la alcaldía. Un trabajo este sin remuneración alguna. "Tienes otras satisfacciones muy directas". Por ejemplo, "el conocimiento de la realidad" que te aporta servir al pueblo desde un pequeño ayuntamiento.

- Hay sólo una docena de empleados y todos hacemos de todo. Somos multidisciplinares y plurifuncionales. ¡A la alcaldesa lo único que le hace falta es coger el pito y dirigir el tráfico!

Esa voluntad de servicio público se vio incrementada en marzo. Soledad Cabezón fue elegida diputada al Congreso por la provincia de Sevilla. Más tarde, era designada secretaria de Políticas de Igualdad en el Congreso Federal del PSOE. Un cargo que no esperaba. Pero que le entusiasma. Lo peor: tuvo que abandonar la medicina. ¿Sintió pena? Porque trabajo le costó sacar la carrera, la especialidad y los tres masters que adornan su currículo. Y todo, con becas, como sus tres hermanos, también con carreras universitarias. El sueldo del padre, cobrador de autobús, no daba para otra cosa.

- Nunca me había planteado que tendría que dejarlo. Pero son etapas que van surgiendo en la vida. Aunque entiendo la política como la dedicación de una persona durante un tiempo a los ciudadanos. Como un servicio y no como un puesto de trabajo. Mi profesión sigue siendo la de médico. Y retornaré a ella.

Cirujana, alcaldesa, diputada, secretaria federal del PSOE. Con 35 años es un buen expediente. ¿Ha sido duro el camino? ¿Más difícil por ser mujer?

Responde que, desde el punto de vista familiar, no. "Mi marido y yo respetamos nuestros proyectos e inquietudes personales y mantenemos una corresponsabilidad en el seno familiar". Otra cosa es su experiencia como mujer.

- He encontrado ciertas dificultades con respecto a mis compañeros a lo largo de mi vida. En el colegio, en la universidad, en el hospital, las circunstancias que sufren un hombre y una mujer son diferentes. Nunca he aceptado la discriminación, pero he tenido que luchar por ello. Lo que implica que no había igualdad de condiciones.

La lucha ha dado sus frutos. Aquel grupo de jóvenes que comenzaron a reunirse hace cinco años en la casa de Soledad, lograron su primer objetivo: cambiar el pueblo. "No teníamos otro interés", recuerda Soledad.

Hoy, puede que los símbolos religiosos de Albaida permanezcan a la vista: sus iglesias, sus ermitas, sus vírgenes, sus hermandades. Pero el corazón es de izquierda y progresista.

"La política del PP es hipócrita"

Economía, ¡estúpido!, o derechos sociales. Ésa es la disyuntiva que plantea la derecha.

Soledad Cabezón, responsable de las Políticas de Igualdad del PSOE, está en profundo desacuerdo:

- Los problemas económicos son importantes, pero también lo son los valores sociales. No podemos dejar que, mientras haya crisis económica, las mujeres aborten de manera insegura, que los médicos carezcan de seguridad y confidencialidad, que las mujeres no tengan un acceso igualitario al empleo, que sigan cobrando un 15% menos que los hombres... La política hacia la mujer que hace el PP es hipócrita.

- El PSOE sitúa a mujeres al frente de las políticas de igualdad: Bibiana Aido, ministra; Micaela Navarro, consejera; y usted, secretaria federal. ¿Por qué siempre mujeres?

- Las que hemos vivido las discriminaciones somos nosotras. Tenemos la sensibilidad a flor de piel. Aunque es fundamental que el hombre participe en estos proyectos.

- El Gobierno ha anunciado una nueva ley del aborto. La derecha se ha lanzado de nuevo al degüello. Otra vez hablan de asesinatos.

- ¿Asesinatos? La sociedad española resolvió ese debate con la primera ley de interrupción del embarazo hace 23 años. No es justo para la mujer volver a revivirlo. Lo que tenemos que hacer es garantizar la seguridad de la mujer y de los médicos.

- Pero 100.000 abortos son muchos. ¿Falla la educación sexual?

El rostro de Soledad, que ha estudiado para salvar vidas, se entristece. "Me gustaría que no hubiese ninguno". Y denuncia de nuevo "la hipocresía de la derecha: por un lado se opone a prácticas como la píldora poscoital, difícil de conseguir en algunas comunidades gobernadas por el PP, y por otro no admite la interrupción voluntaria".

Lo de siempre.

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