El duelo de manifestaciones paraliza Argentina

Cientos de miles de personas se movilizaron en la tarde de ayer en Buenos Aires para escenificar en las calles la discusión que hoy se resolverá en el Senado argentino: la votación del proyecto de ley que ratifica la subida de impuestos a la exportación de soja (el principal cultivo del país) y que ha desencadenado desde hace cuatro meses un serio conflicto económico y político.

Frente al Monumento de los Españoles, se concentraron los que apoyan a los agricultores para presionar a los senadores. A unos kilómetros, en la plaza del Congreso, se reunieron los que respaldan el alza que dispuso el Gobierno de Cristina Fernández, encabezados por su marido, el ex presidente Néstor Kirchner.

Kirchner habló primero ante su público. "Basta de cortes" de carretera, pidió a los agricultores, que han recurrido a ese método de protesta en los últimos meses. "Basta de comandos civiles, que salen a agredir a los que no piensan como ellos", dijo en alusión a ataques a diputados de su partido. Kirchner acusó al ruralismo de querer desestabilizar el Gobierno de su esposa y le pidió que respete la decisión del Senado.

Más tarde, ante una concurrencia mayor, uno de los líderes agrícolas, Alfredo de Angeli, le respondió: "Mucha gente no vino por las retenciones [impuestos], sino porque quiere un país unido". También se refirió a los políticos de la coalición gobernante que se han distanciado del Gobierno por el conflicto rural: "Tiemblo al ver valientes gobernadores y valientes legisladores".

El pasado miércoles, cuando el proyecto de ley se discutía en las comisiones del Senado, las cuatro principales entidades rurales decidieron convocar la protesta de ayer. Temían que se repitiera el resultado de la votación en la Cámara de Diputados, donde el proyecto se aprobó por 129 votos contra 122. En el Senado, el peronismo liderado por Kirchner dominaba a principios de año 45 escaños, -se necesitan 37 para la mayoría absoluta-, pero ahora la propia presidenta está llamando a legisladores para convencerlos de votar a favor. Hasta ayer contaba con 34 votos seguros, y cuatro senadores estaban indecisos.

Al día siguiente de que el campo convocara la marcha, Kirchner, presidente del partido peronista, anunció que a la misma hora habría un acto a favor de la subida del impuesto, del Gobierno y de la "democracia", dado que considera que detrás de los agricultores se esconde "la derecha golpista" que promovió la asonada militar de 1976. Pero no todo es blanco y negro. Al acto del ruralismo asistieron vecinos de los barrios ricos de Buenos Aires, pequeños y grandes agricultores, políticos de la oposición, del centro, de izquierdas y del peronismo disidente, sindicalistas antikirchneristas y piqueteros. Detrás del ex presidente estaban gobernadores de provincias y alcaldes de los municipios más populares del Gran Buenos Aires, los líderes de las dos principales centrales sindicales y piqueteros kirchneristas.