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500 trabajadores sociales respaldan al equipo de Zabaltzen

Los musulmanes de Vitoria apoyan a los educadores del centro de menores

Más de 500 trabajadores vinculados a los servicios sociales en Álava, además de la comunidad musulmana vitoriana y el ex alcalde José Ángel Cuerda, mostraron ayer su apoyo a los educadores del centro de menores extranjeros tutelados Zabaltzen. El respaldo, suscrito al pie de un documento en el que se reivindica la labor pedagógica de los 14 trabajadores de este equipo, llega después de las criticas de la Diputación de Álava y el Instituto Foral de Bienestar Social, que les han acusado de negligencia y mala gestión. Los educadores denunciaron públicamente en febrero y mayo pasados la situación de hacinamiento en la que viven los menores inmigrantes.

Si no hubieran hecho pública esta queja, motivada porque tenían que atender a más de 20 chavales en un espacio destinado a 12, habrían seguido siendo "el modélico equipo de educadores que en octubre de 2007 reivindicó la diputada Covadonga Solaguren ante las Juntas Generales", recordaba ayer uno de ellos.

En cambio, los educadores salieron a la palestra y la autoridad foral decidió intervenir en el asunto. Propuso entonces la construcción de otro centro de mayor capacidad (Zabaltzen se abrió en 2003 de manera provisional en unas dependencias de la Cruz Roja). También habló de expulsión de los internos, ante la sospecha de que tuviesen más de 18 años, y al final acabó por echar la culpa al equipo de cuidadores.

La situación de residencia ha permanecido sin cambios en este tiempo. El lunes, 38 menores residían en el lugar, ocho de ellos durmiendo en el suelo, con una ducha, tres lavabos y tres inodoros como equipamiento de aseo. Ayer, se conoció el traslado de diez de ellos a pisos forales. De los 14 monitores, la mitad se encuentra de baja por depresión o estrés. El 9 de junio, los Salesianos, responsables de la atención del centro, abandonaban el proyecto y daban paso a la asociación Ixuri, que mantiene al antiguo equipo educativo. También se ha incorporado, según han asegurado los menores estos días, un grupo de vigilantes a los que acusan de pegarles. Los trabajadores de Zabaltzen piden que se limite el número de plazas para que el proyecto educativo salga adelante.

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