_
_
_
_
_
Reportaje:

En busca de 'Isabella'

Vigilia nocturna para capturar a una de las mariposas más bellas del mundo

La trampa está tendida entre los pinos. Es una sábana blanca, extendida a modo de pantalla entre finas varas de aluminio. Está iluminada por dos grandes bombillas, una de luz blanca y otra ultravioleta. Al fondo, la noche estrellada permite ver la silueta de la sierra de Guadarrama por su fachada segoviana. Sopla una brisa fresca que desciende de las cumbres. Estamos en el límite noroeste de Madrid, apenas a unos metros de la cerca que circunda el recinto del Real Sitio de La Granja de San Ildefonso.

Amantes de la naturaleza, encabezados por Santiago Soria, profesor de la Escuela de Ingenieros de Montes, y expertos de Patrimonio Nacional, aguardan pacientemente en medio del bosque a que el azar -y también el embuste en forma de sábana- atraiga hacia la pantalla iluminada ejemplares de una cotizadísima mariposa, que afronta riesgos para su supervivencia y que pasa por ser la más bella del mundo: es la Isabella graellsia y fue descubierta a 50 kilómetros de Madrid. Está muy protegida.

Su nombre es un homenaje a Isabel II, bajo cuyo reinado este insecto lepidóptero artrópodo, de extremidades articuladas, de la familia Saturniidae y del género Actias, fue descubierto y descrito por el entomólogo Mariano de la Paz Graells quien, en 1849, lo halló en el monte de Pinares Llanos, cerca de Peguerinos y del monte Abantos, que corona San Lorenzo de El Escorial.

Considerada un endemismo de la España peninsular, Isabella graellsia vuela únicamente de noche y sólo es visible en algunas semanas entre mayo y junio. Ello explica la celada tendida en la noche del viernes al pie del Guadarrama, la sierra desde donde, poco a poco, se extendió primero por un área entre San Lorenzo de El Escorial y La Granja de San Ildefonso y luego a seis reducidos enclaves en otros montes españoles, entre la sierra de Albacete y los Pirineos. Tal despliegue fue posible gracias a que tiempo antes, alguien hizo lo mismo que Soria y Patrimonio Nacional: "Capturar ejemplares para analizarlos, tratar sus enfermedades parasitarias y estimular su reproducción", explica Soria, que atesora una reserva de Isabella para proveerlas en caso de que aumente el peligro de su extinción.

Se trata de mariposas de gran belleza, con una coloración verde manzana y venas de color marrón rojizo. Vive en pinares y prefiere los denominados laricios. El empleo de productos químicos para extirpar la procesionaria ha causado grandes mortandades. Tiene cuatro alas con ocelos de distintos colores. De éstas, las posteriores presentan vistosas colas, más largas en los machos. Machos y hembras se sienten atraídos por focos de luz blanca y ultravioleta, pero las hembras suelen ser más cautas.

Mientras en medio del bosque hasta siete machos han sobrevolado altivamente el paraje para ir a dar con sus alas sobre la sábana. Entonces, Guillermo y Miguel, dos jóvenes entusiastas de la naturaleza, las aprehenden con amplios cazamariposas y las pasan a frascos transparentes donde, vivas o no -únicamente sobreviven las hembras- seguirán irradiando belleza, encendiendo la noche con su colorido y su majestuoso porte.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete
Isabella graelisia, originaria de un ecosistema de Guadarrama
Isabella graelisia, originaria de un ecosistema de GuadarramaP. N.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_