Nadie pide los permisos a Petronor
Asegura que Medio Ambiente no le ha reclamado documentos - La refinería ha recibido luz verde para la autorización ambiental, pero evita confirmarlo
La polémica sobre si Petronor cuanta o no con las licencias de funcionamiento sin aclararse. La empresa no ha presentado ante el Gobierno vasco ninguno de los permisos para operar porque éste no los ha reclamado. Carlos Pascual, el ingeniero encargado de las licencias para la planta de coque que proyecta la empresa dentro de la refinería, aseguró ayer en Budapest que han entregado "lo que marca la ley y lo que nos ha pedido el Gobierno". Agregó que entre la documentación requerida por el Departamento de Medio Ambiente no están las licencias primeras de actividad de la planta, ni los permisos de ampliación y de vertidos.
El Gobierno remite una propuesta de permiso ambiental de 40 páginas
Petronor es una de las casi 270 empresas vascas que debe cumplir una directiva de la UE sobre las compañías más contaminantes. Se trata de la llamada Autorización Ambiental Integrada (AAI), que centraliza en uno solo todos los permisos actuales y fija condiciones más duras para proteger el medio ambiente. Dos informes encargados por el Ayuntamiento de Muskiz, donde se ubica la refinería, concluyeron que en el expediente presentado por la empresa para dicha autorización no figuraba la licencia de actividad ni los permisos para las posteriores ampliaciones o el de vertidos.
Los informes del consistorio aseguraban que esos documentos son requeridos por la normativa comunitaria. Pero ni Petronor ni el Gobierno parecen interpretar esta obligatoriedad. Aunque la refinería insiste en que tiene "todo en regla", no ha presentado ante ninguna institución ni el comité de empresa las licencias que se cuestionan.
La empresa tampoco aclaró si ha recibido luz verde provisional para su autorización ambiental integrada. Un portavoz señaló en la capital de Hungría, donde técnicos de la empresa, concejales de Muskiz y miembros del comité de empresa visitaron una planta de coque similar a la que se quiere instalar en la refinería vasca, que el pasado viernes se recibió en la empresa una propuesta de resolución, pero sin revelar si era positiva o negativa. "Es un documento de 40 páginas, estrictamente técnico y muy complejo, sobre el que Petronor tiene diez días para realizar, en su caso, alegaciones". Fuentes del Departamento de Medio Ambiente aseguraron que la autorización es positiva, aunque no aportaron más datos. Es factible, sin embargo, que la propuesta incorpore condiciones para la empresa.
Un portavoz de la consejería se limitó a expresar que "no ha emitido aún la resolución del expediente" de la autorización ambiental de Petronor. Mañana, 30 de abril, es el último día que, según la norma, tienen las empresas para tramitarlo. En caso contrario, no pueden seguir funcionando. Fuentes de la consejería afirmaron a Europa Press que han remitido una propuesta, "que es el último trámite antes del periodo de alegaciones, pero no es la AAI", sin aclarar si es positiva o negativa.
El alcalde de Muskiz sigue receloso
El proyecto de una planta de coque supone una inversión de 750 millones por la que porfía Petronor desde hace más de tres años. Su objetivo es eliminar los residuos del fuel, que ahora debe enviarlos preferentemente al norte de África. Mediante la planta se reciclan esos desechos para producir coque, un producto demandado por las cementeras para alimentar sus hornos. El proyecto ha motivado la creación de una plataforma vecinal que se opone a una nueva ampliación de la refinería. La planta de coque se situaría a uno 300 metros de viviendas de Muskiz.
La empresa mostró ayer a la delegación vasca una planta similar de la compañía Mol, en el municipio de Százhalombatta, a 30 kilómetros de Budapest. Funciona desde hace seis años y, según explicaron sus responsables, ha servido para reducir en más de un tercio las emisiones de azufre y en 85 veces las de metales pesados.
La instalación, en una planicie y rodeada de vegetación, ocupa una superficie tres veces superior a la proyectada por Petronor. La conexión por ferrocarril permite que sólo un 10% del coque sea transportado en camiones, lo que disminuye las molestias para los vecinos, cuyas primeras viviendas están a cinco kilómetros de distancia.
El alcalde de Muskiz, Gonzalo Riancho, de EA, aseguró tras la visita que esta planta "no se puede extrapolar" a la de Muskiz, tanto por las características orográficas como por la mayor distancia a núcleos de población, y que encargarán informes técnicos como han hecho con la autorización ambiental. El concejal de Medio Ambiente, Marcos Cuco, también de EA, resaltó que los responsables de la planta húngara comentaron que "técnicamente" se puede ubicar fuera de una refinería y apostó por su construcción fuera de las instalaciones actuales de Muskiz.
Borja Liaño, portavoz del PNV, único partido de la oposición en Muskiz, ofreció una valoración "positiva", porque el tratamiento del coque va a estar confinado en la planta, "la emisión de ruidos está controlada y el entorno exterior está limpio". Liaño valoró que, tras la visita, se debe desterrar el debate sobre la idoneidad del proyecto. "Confiamos en el rigor de las instituciones". Los técnicos de Petronor resaltaron que su proyecto tendrá mejoras respecto a la planta de Hungría.
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