"O pagas o ya sabes lo que pasa"
El negociador del rescate y un marinero del pesquero español 'Albacora Cuatro', secuestrado frente a Somalia en 2000, rememoran aquel incidente
Cuando un atunero echa las redes está vendido. Las decenas de metros de hilos desplegados en la mar le impiden hacer cualquier movimiento rápido. Lo saben bien los 27 tripulantes del Albacora Cuatro. Estaban haciendo esa maniobra frente a las costas de Somalia cuando un barco apareció por el horizonte. Sucedió en 2000: una decena de personas armadas abordaron el buque. Sus tripulantes permanecieron secuestrados tres días. Un cargo de la empresa armadora, que prefiere ocultar su nombre, lo tenía claro: "O pagas o ya sabes lo que pasa".
El Albacora Cuatro, con puerto en Vigo, se encuentra actualmente faenando en el océano Índico. Está entre Kenia y las islas Seychelles, al sur de donde fue asaltado el Playa de Bakio, en una escena muy similar a la que sufrieron hace ocho años. Uno de los marineros que faena en el Albacora explica por teléfono cómo fue aquel asalto: "Apenas tuvo repercusión. Casi nadie se enteró y ni siquiera nuestras familias supieron con exactitud qué pasaba hasta que nos liberaron".
También prefiere ocultar su nombre y olvidar lo que ocurrió. Pero recuerda: "Eran diez personas de raza negra con ametralladoras. Eso asusta a cualquiera. Estuvimos tres días en el barco sin saber muy bien qué sucedía, porque nos tenían incomunicados. Sólo pudimos hablar una vez, por un teléfono que ellos desconocían, con el patrón de la empresa, que llevaba la negociación".
Éste relata que lo más importante era dar tranquilidad, "tanto a los secuestradores como a los tripulantes". "Esos piratas son gentuza que no tiene nada que perder y mucho que ganar. Uno sabe que el barco es un amasijo de hierro, pero que detrás de los marineros hay familias; no hay más remedio que pagar", justifica. Aunque no da la cifra del desembolso, fuentes del sector aseguran fueron 400.000 euros abonados en Londres, de donde procedían dos de los asaltantes.
Tras el pago, libertad y vuelta a la mar. "No estábamos de vacaciones", explica el marinero. Regresaron a buscar el pescado por el que 22 atuneros españoles faenan hoy en la zona. Siempre con el miedo de ser presa de uno de estos ataques, posibilidad que crece cada milla que los barcos se acercan a Somalia.
Desde entonces hasta el apresamiento del Playa de Bakio no se ha conocido otro secuestro de un barco español en la zona. Pero los sustos son constantes. Varios marineros consultados explican que en cuanto ven algún punto sospechoso en el radar, el barco huye automáticamente.
Uno es Victor Manuel Alonso, que ha capitaneado durante casi una década atuneros del Índico: "En estas aguas no te fías de nadie, a veces huimos incluso de otros barcos pesqueros. Eso, si te da tiempo, porque como estés con las redes en el agua, quedas a merced de quien llegue a por ti".
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