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Elecciones en Paraguay

Los candidatos paraguayos convierten

la energía eléctrica en arma electoral El potencial hidroeléctrico del país es clave para el abastecimiento regional

Jorge Marirrodriga

El caballo de batalla electoral paraguayo tiene un enchufe. Al igual que Evo Morales convirtió la cuestión del gas en uno de los ejes de su llegada al poder, la electricidad es uno de los principales estandartes que enarbola el obispo Fernando Lugo, el favorito a la victoria en las elecciones de mañana, reclamando a Brasil y Argentina una revisión del precio de la energía que Paraguay suministra a ambos países. En un subcontinente sobre el que se cierne el fantasma de la crisis energética, el país suramericano es el mayor productor mundial de electricidad per cápita.

"Históricamente Brasil y Argentina nos deben algo", dice el candidato favorito

"Históricamente Brasil y Argentina le deben algo a Paraguay", destaca Fernando Lugo. Una frase que se ha repetido constantemente durante la campaña ante un electorado al que el oficialista Partido Colorado ha acostumbrado también a un discurso victimista sobre la relación comercial del país con sus vecinos y socios en el Mercosur.

En el eje de la polémica se encuentran dos presas. La gigantesca obra de ingeniería que es Itaipú, en la frontera entre Brasil y Paraguay sobre el río Paraná, y la presa de Yaciterá, también sobre el Paraná pero esta vez en la frontera con Argentina. Itaipú es considerada la mayor presa del mundo en funcionamiento y su construcción iniciada hace 30 años ha tenido entre otros el surgimiento de la segunda ciudad en importancia de Paraguay; Ciudad del Este, un enclave nacido para alojar obreros empleados en la construcción del megaproyecto y que hoy presenta el mayor nivel de comercio mundial por metro cuadrado sólo por detrás de Hong Kong y Miami.

Pero la polémica que sacude Paraguay estos días está en cómo se reparte la energía que producen ambos ingenios. Mientras Brasil y Argentina necesitan desesperadamente la electricidad, Paraguay, con sus seis millones de habitantes y poca industria, apenas consume el 15% de su parte. El resto la vende a sus vecinos en unas condiciones fijadas por sendos tratados bilaterales que Lugo califica de leoninos. "Lo que reclamamos es un precio justo porque la energía que Paraguay vende a Brasil es a precio de costo y lo que pedimos es un precio de mercado".

Siguiendo el ejemplo de lo ocurrido en Bolivia, con éxito para la Administración de Morales, la palabra "renegociación" se ha instalado en la campaña. "Los mismos tratados consagran condiciones injustas para Paraguay ya que no tienen en cuenta las asimetrías de las respectivas economías", explica a este diario Blanca Ovelar, candidata del oficialista Partido Colorado, en el poder desde hace 61 años y por lo tanto el partido responsable de firmar los acuerdos que ahora se quiere modificar. "La parte sustancial se la llevan los países que consumen en abrumadora mayoría la energía y el que queda con la peor parte es el país que cede sus derechos aún cuando por ello reciba compensaciones que, a nuestro juicio, ya no alcanzan para nivelar la balanza", añade.

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Sobre la firma

Jorge Marirrodriga
Doctor en Comunicación por la Universidad San Pablo CEU y licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra. Tras ejercer en Italia y Bélgica en 1996 se incorporó a EL PAÍS. Ha sido enviado especial a Kosovo, Gaza, Irak y Afganistán. Entre 2004 y 2008 fue corresponsal en Buenos Aires. Desde 2014 es editorialista especializado internacional.

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