'La noche' cae sobre el mundo

El director de escena granadino Juan Dolores Caballero, fundador de Teatro del Velador en 1990, ha hecho un paréntesis en su carrera para montar una obra de texto del premio Nobel de Literatura Maurice Maeterlinck. Los ciegos, de 1890, se transforma en la adaptación dramática de Caballero en La noche, una obra "tremendamente pesimista sobre el destino del ser humano" que se estrenará el próximo día 8 en el teatro Central de Sevilla. El director, afincado en la capital andaluza desde hace tres décadas, ha creado un lenguaje escénico propio que él denomina "teatro bruto" y que apuesta por el cuerpo más que por la palabra en su intento por darle voz a los desarrapados y a los excluidos, a los "monstruos", como él los llama.

"El hombre está perdido en el mundo y siempre busca quien le guíe"

"He querido partir de un texto porque me interesa mucho la obra de Maeterlinck. Es un texto duro a la vez que poético y bello. Estoy convencido de que lo que él escribió a finales del siglo XIX se puede aplicar perfectamente a nuestra sociedad: el hombre está desesperado y no encuentra salida", explicó ayer Juan Dolores Caballero. El director sólo ha montado dos obras en su carrera partiendo de un texto y ambas eran encargos del Centro Andaluz de Teatro: Las gracias mohosas, de Feliciana Enríquez de Guzmán (siglo XVII), y El deseo atrapado por la cola, una pieza surrealista de Pablo Ruiz Picasso (la única que escribió y que no se había representado nunca).

En La noche se suman los dos lenguajes. El "bruto", con el que Caballero sabe sacar lo más tierno y poético de sus personajes, y el bello texto de Maeterlinck. "En Los ciegos hay 13 personajes que permanecen sentados todo el tiempo en medio de un bosque, desamparados y sin saber que hacer. No se mueven porque están paralizados por el miedo y esperan que un sacerdote los guíe de vuelta a su asilo. Yo los he reducido a cinco y los he convertido en músicos ciegos que acuden a dar un concierto a un antiguo balneario y no pueden volver porque no tienen quien los guíe. Aquí se ve claramente cómo el hombre camina hacia su propia aniquilación y a pesar de que intenta encontrar una salida, no lo consigue", comenta el director quien para contrastar tanta sordidez y desarraigo los ha colocado en una escenografía "preciosista".

Benito Cordero, Luis Ruiz-Medina, Juanjo Macías, Mostapha Bahja y Selu Nieto encarnan a los cinco músicos ciegos en medio de un espacio escénico diseñado también por el director. "Los espectadores estarán también sobre el escenario, con las butacas colocadas en forma de U alrededor de los actores porque no quiero que el público se distancie. Hacen un gran trabajo. A la dificultad de la interpretación le suman el que hacen su papel todo el tiempo con los ojos vueltos, como si de verdad fuesen ciegos", asegura.

La obra, que podrá verse del 8 al 10 de abril, cuenta también con la música original de Inmaculada Almendral que ella interpreta junto a Jesús Sancho, Manuel Muñoz, Juan Cervera y Sancho Almendral.

"El hombre está perdido en el mundo y siempre ha buscado a alguien que le guíe para encontrar una salida. En Los ciegos Maeterlinck apuesta por la religión como salida porque el guía -que nunca llega- es un sacerdote. La salida no existe, es una obra pesimista sin paliativos", añade. A pesar de todo, Caballero asegura que también hay humor en el montaje, unas chispas de ternura poética por las que Teatro del Velador siempre se gana la complicidad del público.

Juan Dolores Caballero, autor de obras como El patio, Pasa el tiempo poco... o el montaje de danza Svo-zos, asegura que esta apuesta por una obra escrita no es más que un paréntesis en su carrera y que después volverá a sus "criaturas monstruosas" a las que tanto mima.