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Crónica:ELECCIONES 2008 | Cita con las urnas
Crónica
Texto informativo con interpretación

"Que nadie manipule su asesinato"

Sandra, la hija mayor de Isaías Carrasco, llama a votar hoy "masivamente"

Mikel Ormazabal

Terminaron los minutos de silencio, terminó el aplauso espontáneo que retumbó en la plaza mayor de Mondragón y a Sandra Carrasco, de 20 años, la hija mayor de Isaías, le rodeó un aluvión de cámaras y de grabadoras. Toda España se encontraba pendiente de ella en ese momento. Llevaba un papel en la mano, un comunicado de la familia, y comenzó a leerlo con la voz firme y entera: "Quiero agradecer de corazón el apoyo del pueblo de Arrasate". Su madre, María Ángeles, se encontraba detrás, a su espalda. El día anterior, ambas oyeron desde casa los disparos y tras salir a la calle vieron a Isaías muriéndose en el coche.

Sandra seguía leyendo. A esa hora, había concentraciones similares en los ayuntamientos del País Vasco, en todas las plazas. "Gracias por estar con mi madre, con mi hermano Adei y con mi hermana Ainara". Al lado de Sandra se encontraba Manuel Chaves, presidente del PSOE, que le pasaba un brazo por el hombro. Detrás, la vicepresidenta primera del Gobierno, Maria Teresa Fernández de la Vega, con el rostro hundido. Era un contraste feroz observar los ojos vivísimos, alimentados por la rabia y la emoción, de Sandra, y la mirada alicaída y tristísima de la vicepresidenta. "A mi padre lo han asesinado por defender la libertad, la democracia y las ideas socialistas. Ha sido un hombre valiente, que ha dado la cara. Y los que lo han matado han sido unos cobardes". Sandra lo repitió con los ojos fijos en un punto lejano que sólo veía ella: "Son unos cobardes, cobardes han sido, no tienen cojones. Pero sobre todo quiero pedir una cosa: Que el asesinato de mi padre no sea manipulado por nadie".

Sólo se escuchaba la voz de una joven dando una lección de ciudadanía
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Hombres y mujeres valientes

La plaza mayor de Mondragón respiraba un silencio brutal. Sólo se oía la voz clara de una mujer valiente de veinte años dando una lección de ciudadanía: "Yo, mi madre y todos iremos a votar. Eso es lo que pido: que todo el mundo vote, los que quieran solidarizarse con mi padre, que voten". Sólo al final Sandra se permitió llorar, cuando ya había terminado de leer, cuando miró fugazmente hacia arriba y sonrió e improvisó una frase: "Estoy muy orgullosa de mi padre, le quiero". Luego volvió a clavar los mismos ojos oscuros y vivos en el mismo lugar lejano al que había estado mirado durante todo el tiempo: "Han sido unos hijos de puta, nada más".

Ningún representante de ANV, que cuenta con siete en Mondragón, se acercó. En el teléfono del domicilio de la alcaldesa, Inocencia Galparsoro, de esta formación, no respondía nadie. Mientras Sandra Carrasco hablaba con coraje desde la plaza mayor de su pueblo, la alcaldesa se escondía en paradero desconocido. Había abandonado Mondragón durante los dos días de luto.

Sandra Carrasco, a la izquierda, recibe el consuelo y la felicitación de una amiga tras su intervención en la plaza Mayor de Mondragón.
Sandra Carrasco, a la izquierda, recibe el consuelo y la felicitación de una amiga tras su intervención en la plaza Mayor de Mondragón.JESÚS URIARTE
La hija de Isaías Carrasco, Sandra de 19 años, rinde homenaje a su padre y manda un claro mensaje a los terroristas: "No vamos a dar ni un solo paso atrás"Vídeo: CNN+

"Han sido unos cobardes"

"Quiero agradecer de corazón el apoyo del pueblo de Arrasate. De esos ciudadanos anónimos que se han acercado a mí, a mi familia, para darnos cariño, apoyo y calor en estos momentos tan duros. Gracias por estar con mi madre, con mi hermano Adei y con mi hermana Ainara. También quiero aprovechar estos micrófonos y cámaras para agradecer, de parte de los socialistas, que estéis con nosotros.

A mi padre lo han asesinado por defender la libertad, la democracia y las ideas socialistas. Ha sido siempre un hombre valiente, que ha dado la cara. Y los que lo han matado han sido unos cobardes, cobardes han sido, que no tienen cojones.

Pero, sobre todo, quiero pedir una cosa. Y es que el asesinato de mi padre no sea manipulado por nadie. No lo voy a tolerar, ni yo, ni mi familia, ni nadie. Yo, mi madre y todos iremos a votar. Y eso es lo que pido, que todo el mundo vote. Y los que quieran solidarizarse con mi padre y con nuestro dolor, que acudan masivamente a votar el domingo para decir a los asesinos que no vamos a dar ni un solo paso atrás. Estoy muy orgullosa de mi padre y sólo puedo decir que han sido unos hijos de puta. Nada más. Que le quiero".

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Sobre la firma

Mikel Ormazabal
Corresponsal de EL PAÍS en el País Vasco, tarea que viene desempeñando durante los últimos 25 años. Se ocupa de la información sobre la actualidad política, económica y cultural vasca. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Navarra en 1988. Comenzó su carrera profesional en Radiocadena Española y el diario Deia. Vive en San Sebastián.

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