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Crónica:21ª jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

El Racing celebra un empate

Los cántabros salvan un punto al final ante el Zaragoza de Irureta

Los empates ya no se celebraban en Santander, acostumbrado a victorias cortas pero contundentes. Hasta ayer. Después de manejar el partido; desbordar al Zaragoza de Irureta, demasiado parecido a los anteriores, y contar con casi todas las ocasiones, el Racing se encontraba perdido a falta de cinco minutos. Un resultado inverosímil en la balanza de méritos, pero real.

El cuadro aragonés, sostenido y aupado por una picardía de Milito tras un semifallo de Coltorti y por una individualidad de Celades, acompañada de una pared Milito-Oliveira, necesitaba la victoria a cualquier precio. Incluso a costa del fútbol. Pero, con todo a su favor, a su defensa, primera obsesión de Irureta, le temblaron las piernas al despejar un córner, renuncio aprovechado por Tchité para, en la prolongación, llevar algo de justicia al resultado.

RACING 2 - ZARAGOZA 2

Racing: Coltorti; Sergio Sánchez, Garay, César Navas, Ayoze; Jorge López, Duscher, Colsa, Pablo Álvarez (Serrano, m. 67); Bolado (Tchité, m. 62) y Smolarek. No utilizados: Díez; Pinillos, Luis Fernández, Szetela y Marcano.

Zaragoza: César; Diogo, Pavón, Sergio, Juanfran; Gabi (Celades, m. 78), Zapater, Luccin, Óscar (Paredes, m. 70); Oliveira (S. García, m. 85) y Milito. No utilizados: L. Vallejo; Generelo, Guerrero y Goñi.

Goles: 1-0. M. 4. Iván Bolado. 1-1. M. 60. Diego Milito. 1-2. M. 84. Celades. 2-2. M. 92. Tchité.

Árbitro: Ramírez Domínguez. Amonestó a Luccin, Sergio Sánchez, Diogo y Juanfran.

22.000 espectadores en El Sardinero.

Antes de sufrir para empatar, el Racing se había reivindicado como el conjunto inteligente, vigoroso en la presión e imbatible al que se teme. Ni rastro de la medrosa apariencia del Camp Nou. César Navas, suplente habitual, y Garay secaron a Oliveira y Milito, a excepción de esos dos detalles de rapidez y genialidad del dúo. Colsa fiscalizó el juego e impuso el ritmo. Y el gol lo aportó un eléctrico Iván Bolado en su primera intervención.

Aunque parecía improbable, a los de Irureta se les apareció una falta, Diogo lanzó y Milito, al rechace, obró el milagro de la resurrección. Después, Celades batió a Coltorti con un cabezazo bombeado. Pero Marcelino es un experto en imposibles y ha aportado a sus jugadores un plus de bravura y orgullo que estalló en los minutos finales con la igualada de Tchité.

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