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La justicia limpia la marea del 'Erika'

Un tribunal francés condena a los responsables del desastre a pagar 192 millones de euros - La sentencia reconoce el delito ambiental e indemniza a los ecologistas

El 12 de diciembre de 1999, en medio de una tempestad, el petrolero Erika, de pabellón maltés, fletado por la compañía Total, naufragó y se hundió frente a las costas de Bretaña y vertió al mar 20.000 toneladas de fuel. Más de 400 kilómetros de costas se llenaron de chapapote; el daño en las aves y en la fauna marina fue incalculable. Ayer, ocho años más tarde, al final de una vista oral que ha durado siete meses, la justicia francesa condenó a Total, al armador del Erika y a la sociedad italiana de certificación naval Rina, que había homologado al petrolero pese a que su estado era ruinoso, a pagar colectivamente 192 millones de euros en indemnizaciones.

El buque vertió 20.000 toneladas de fuel frente a las costas francesas
La Liga de Protección de los Pájaros recibirá unos 800.000 euros

La sentencia incluye asimismo una novedad en Francia: la existencia de un perjuicio ecológico derivado de los daños infligidos al medio ambiente, lo que extiende las indemnizaciones a las asociaciones ecologistas, así como municipios y otros grupos que plantearon esta demanda. Concretamente, la Liga de Protección de los Pájaros recibirá cerca de 800.000 euros. Al margen de las indemnizaciones, Total ha sido condenada a pagar una multa de 375.000 euros, la máxima prevista por la ley para un delito de contaminación marina.

La petrolera, la cuarta más importante del mundo, que había basado su defensa en la tesis de que desconocía totalmente el estado del barco, se planteaba ayer recurrir, con lo que se paralizaría el pago de las multas e indemnizaciones. El tribunal condenó también al armador del Erika, el italiano Giuseppe Savarese y al gestor Antonio Pollara. Según la sentencia, no podían ignorar que los trabajos de reparación del petrolero habían sido realizados con el objetivo de "reducir los costes". Por el contrario, el tribunal absuelve al capitán del petrolero, Karun Mathur, de nacionalidad india y a otros empleados encausados, así como a tres militares de la Prefectura Marítima de Brest, acusados todos de negligencia.

La sentencia es importante en términos legales, por cuanto establece el precedente de la responsabilidad de las grandes empresas petroleras que subcontratan el transporte del crudo, presionan al intermediario para acelerar la entrega y se declaran irresponsables cuando se produce la catástrofe. El tribunal considera culpable a Total "por imprudencia", tal y como pedía la fiscalía, por no haber tenido en cuenta el mal estado del Erika, un barco viejo de 25 años y mal conservado, según muestra su historial de mantenimiento. Estos factores, según la sentencia, desempeñaron "un papel determinante en el naufragio".

El abogado de la petrolera, Daniel Soulez-Larivière, indicó ayer que aconsejará a Total que recurra la resolución por considerar que "no es justa". "No teníamos elementos en aquel momento para saber que estaba hasta tal punto corroído como para que le sucediera este accidente durante el viaje", dijo. "Pienso que no es justa la condena a Total", agregó.

Las indemnizaciones fijadas por el Tribunal Correccional de París, sin embargo, quedan muy lejos de las que pedían tanto la fiscalía como las 101 partes civiles personadas, desde las asociaciones ecologistas a los entes locales afectados, que habían pedido una cifra cercana a los 1.000 millones de euros. De los 192 millones de euros que establece el tribunal, casi 154 se los embolsará el Estado francés.

"Esta condena debe ser ejemplar para que los barcos-basura ya no naveguen en nuestros mares", dijo Ségolène Royal, la ex candidata presidencial, que preside la región de Poitu-Charentes, afectada por la catástrofe. Dominique Voinet, la candidata de Los Verdes al Elíseo y que era ministra de Ecología del Gobierno de Lionel Jospin en el momento de la catástrofe, lo consideró "un giro fundamental en la historia de la protección del medio ambiente".

La asociación ecologista Greenpeace, que también recibirá parte de las indemnizaciones, celebró que Total "no haya podido exonerarse de su responsabilidad". El director de campañas Yannick Jadot espera que la sentencia "cree jurisprudencia y tenga el efecto de bola de nieve". En su opinión, el derecho internacional debe ser modificado para que tome en cuenta el perjuicio medioambiental.

El naufragio del <i>Erika</i>, el 12 de diciembre de 1999.
El naufragio del Erika, el 12 de diciembre de 1999.ASSOCIATED PRESS

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